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Una colección al hilo de la historia
La Colección Banco de España es el resultado de un patrimonio artístico acumulado a lo largo de más de dos siglos de historia.
Se trata de una colección muy diversa que cuenta con obras de pintura, dibujo, escultura y fotografía, así como un gran número de piezas de especial valor dentro de las artes decorativas y el ámbito de la obra gráfica.
La colección recoge el testimonio del tiempo transcurrido a lo largo de toda la vida de la institución, de su papel especial como banca pública y de las personas más relevantes que han prestado servicio en ella desde que se fundara el Banco de San Carlos en pleno Siglo de la Luces. Cronológicamente, la colección se compone de una sección clásica, que se extiende desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XIX, y una sección contemporánea, constituida por obras de arte español producidas en su mayor parte desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Las piezas correspondientes a las dos primeras décadas del siglo XXI tienen un marcado carácter internacional, centrado en el arte europeo y latinoamericano, fundamentalmente.
Una colección en dos partes
Desde un punto de vista historiográfico, los fondos artísticos del Banco de España se dividen en dos grupos fundamentales. El primero, que podemos describir como su colección clásica, abarca obras realizadas desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XIX. El segundo sería el correspondiente a su colección contemporánea, conformada mayoritariamente por obras de artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX (aunque en las dos últimas décadas se ha ido incorporado un número creciente de piezas de creadores internacionales).
Cornelis Van Cleve: `Virgen del lirio' (siglo XVI) | Mariano Salvador Maella: 'Carlos III` (1783) | Vicente López Portaña: 'Fernando VII' (1832)
La colección clásica, que constituye aproximadamente un veinte por ciento de los fondos artísticos del Banco, empezó a construirse en las primeras décadas de vida de la institución. De ese periodo destacan varios conjuntos de obras, especialmente los encargos con los que se inicia la galería institucional de retratos, una de las joyas patrimoniales de esta colección. Incluye retratos de Carlos III y de otros miembros de la realeza, así como de directores y figuras relevantes ligadas a los orígenes del Banco y que se deben a los pinceles de, entre otros, Francisco de Goya y Salvador Maella. En la colección encontramos también un importante grupo de pinturas de temática religiosa. Destacan en este apartado obras como La Virgen del lirio, atribuida a Cornelius Van Cleve, Las Bodas de Caná, de Frans Francken, San Carlos Borromeo dando la comunión a los apestados, del ya citado Salvador Maella o La Adoración de los Reyes Magos de Joos van Cleve.
Durante el siglo XIX, la galería de retratos continuó creciendo, no solo con las imágenes de los gobernadores, sino también de los monarcas españoles decimonónicos. En este sentido, la colección cuenta con retratos realizados por los más destacados pintores del periodo -Federico de Madrazo, José Gutierrez de la Vega, Antonio María Esquivel...- y que nos dan cuenta de los diferentes estilos que dentro de este género se fueron sucediendo durante aquellos años: pintura romántica, neoclasicismo, academicismo, etc. De este modo, además de permitirnos dar seguimiento a un segmento de los personajes que protagonizaron la historia de la economía en la España de la época, esta parte de la colección nos muestra la evolución que experimentó la retratística oficial durante el Ochocientos. Fuera del ámbito del retrato institucional, la colección también cuenta con obras de artistas como Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga, figuras claves en los cambios estéticos que acompañaron el cambio de siglo.
La colección histórica del Banco de España se ha ido completando con adquisiciones realizadas principalmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, como las naturalezas muertas del artista español de origen flamenco Juan van der Hamen —de este autor se incorporó también en 1979 por donación Pomona y Vertumno (una obra muy especial dentro de su producción, pues introduce la representación de la figura humana junto a motivos de naturalezas muertas, integrándolos en un contexto alegórico)— o los floreros de Juan de Arellano. A su vez, se han incorporado algunas obras más de Goya, como sus retratos de el conde de Gausa y de Floridablanca, o algunas de sus colecciones de estampas, entre ellas primeras ediciones de La tauromaquia y Los desastres de la guerra.
Yolanda Romero, Conservadora Colección Banco de España
Pablo Palazuelo: 'Mandala IV' (1966) | Jorge Oteiza 'Elogio del descontento' (1991) | Monserrat Soto: 'Sin título. Ventana Casa de piedra' (2000)
En torno al ochenta por ciento de los fondos artísticos del Banco de España está constituido por lo que podemos describir como su colección contemporánea. Aunque contiene un significativo conjunto de piezas pictóricas de la primera mitad del pasado siglo, el núcleo fundamental de la misma lo componen obras de arte español realizadas desde la década de 1950 en adelante. Dentro de este segundo grupo se aprecian varias líneas de fuerza. Una de las más consistentes es, sin duda, la de la abstracción, tanto la de corte informalista —gestual o matérica— como en su versión más geométrica y analítica. Como contrapunto, la colección también cuenta con un corpus muy abundante de pinturas y esculturas adscritas a las poéticas de la representación de lo real.
Otra línea de fuerza clave de nuestra colección contemporánea sería la vinculada con un poliédrico grupo de obras pictóricas, pertenecientes ya a las décadas de 1980 y 1990, que se replantean la pintura, indagando en su naturaleza constitutiva y proponiendo a menudo una redefinición de sus límites. Un replanteamiento que unas veces se realiza desde posiciones próximas a la figuración, en la estela de Luis Gordillo; y otras desde un sesgo abstracto, haciendo del color su campo de batalla, con el artista granadino José Guerrero como gran referente.
En 1992, la inauguración de un nuevo edificio en la calle Alcalá de Madrid, no solo propició un importante impulso en el ritmo de las adquisiciones, sino que también posibilitó que la institución acogiera sus primeras instalaciones site-specific: Esfera roja, del artista venezolano Jesús Soto y Elogio del descontento de Jorge Oteiza. En esos años, además, se comienzan a adquirir las primeras obras fotográficas, lo que ha dado lugar a que hoy día el Banco cuente con un estimable conjunto de piezas firmadas por artistas que trabajan con este medio y/o que lo utilizan como estrategia comunicativa dentro de prácticas neo-conceptuales.
Cabe reseñar, por último, que el proceso de internacionalización que la institución ha vivido en las últimas décadas, ha afectado también a su colección artística que ha incorporado un gran número de obras de creadores internacionales, sobre todo de artistas ligados a los dos ámbitos geográficos con los que el Banco de España mantiene una relación más estrecha: América Latina y Europa.
Yolanda Romero, Conservadora Colección Banco de España.