Se educó con su padre Frans Francken, el Viejo (1542-1616) y fue el más prolífico de la extensa familia de artistas de su apellido. En 1605 ingresó como maestro en la Guilda de San Lucas de Amberes, ciudad donde desarrolló su carrera.
Se especializó en pinturas, por lo general de reducido tamaño, con pequeñas figuras de estilo muy vivaz y personal, con asuntos mitológicos o religiosos, alegorías, escenas de género y cabinets d’amateurs. Con frecuencia colaboró con otros pintores de paisajes, flores e interiores, tales como Jan Brueghel, Pieter Neefs o Joos de Momper, pintando él las figuras. Su obra es muy abundante y tuvo muchos discípulos, colaboradores e imitadores, que repiten sus composiciones, entre ellos sus hijos Jerónimo y Frans Francken III. Cuando este empieza a pintar con independencia, hacia 1628, Frans Francken II firma «Den Ouden Francken» («El viejo Francken») para distinguirse de él, lo cual creaba a veces confusión con el verdadero Viejo, su padre, muerto en 1616.
Su estilo, personal y reconocible, presenta personajes muy característicos, de brillantes ojos negros y rostros picudos, ricamente vestidos por lo general y con afectados gestos.
Se educó con su padre Frans Francken, el Viejo (1542-1616) y fue el más prolífico de la extensa familia de artistas de su apellido. En 1605 ingresó como maestro en la Guilda de San Lucas de Amberes, ciudad donde desarrolló su carrera.
Se especializó en pinturas, por lo general de reducido tamaño, con pequeñas figuras de estilo muy vivaz y personal, con asuntos mitológicos o religiosos, alegorías, escenas de género y cabinets d’amateurs. Con frecuencia colaboró con otros pintores de paisajes, flores e interiores, tales como Jan Brueghel, Pieter Neefs o Joos de Momper, pintando él las figuras. Su obra es muy abundante y tuvo muchos discípulos, colaboradores e imitadores, que repiten sus composiciones, entre ellos sus hijos Jerónimo y Frans Francken III. Cuando este empieza a pintar con independencia, hacia 1628, Frans Francken II firma «Den Ouden Francken» («El viejo Francken») para distinguirse de él, lo cual creaba a veces confusión con el verdadero Viejo, su padre, muerto en 1616.
Su estilo, personal y reconocible, presenta personajes muy característicos, de brillantes ojos negros y rostros picudos, ricamente vestidos por lo general y con afectados gestos.