
Fallece José María Viñuela, figura imprescindible en la historia de la colección artística del Banco de España
El pasado viernes 10 de junio falleció inesperadamente José María Viñuela (Ibahernando, Cáceres 1944 - Cáceres 2022), cuando estaba a punto de inaugurarse en el Museo Helga de Alvear. la última exposición que ha comisariado, Patterns
, de la artista Cristina Lucas.
Viñuela es una figura imprescindible en la historia de la colección artística del Banco de España, institución a la que estuvo ligado desde 1980, primero como asesor artístico y después como conservador, hasta su jubilación en 2015. Su labor fue clave en la consolidación y ampliación del fondo patrimonial del Banco, propiciando la adquisición de más de medio centenar de obras históricas —entre ellas, dos retratos de Francisco de Goya, los del Conde de Floridablanca y el Conde de Gausa, que se sumaban a los seis que la entidad ya atesoraba— y el impulso definitivo de la colección de arte contemporáneo, a cuyos fondos incorporó más de un millar de obras. Del papel clave que Viñuela jugó en la formación e impulso de nuestra colección contemporánea da testimonio la extensa conversación entre él y Yolanda Romero, actual conservadora de la entidad, que se incluye en el segundo tomo del Catálogo Razonado del Banco de España.
José María Viñuela ante el retrato de Francisco de Cabarrús (c. 1788), de Francsico de Goya
Formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Complutense y en la Hochshule für Bildende Künste de Hamburgo (Alemania), José María Viñuela se inició en el campo de la gestión cultural en 1978, cuando fue nombrado director del departamento de Exposiciones y Museografía en el Museo Municipal de Madrid. Allí acometerá la recuperación de los áticos del edificio, convirtiéndolos en una de las salas más activas dedicadas a la realización de muestras temporales durante los años de la transición. Este espacio acogerá algunas de las primeras exposiciones organizadas por Viñuela como Madrid. Testimonios de su historia hasta 1875 o Madrid D.F.: Aspectos de la nueva escena plástica madrileña que se convertirá con el tiempo en una exposición de referencia. Ese cargo lo ocupará hasta 1981, año en el que, como señalábamos antes, se incorpora al Banco de España como asesor artístico.
Dotado de un innato talento curatorial y profundo conocedor de las tendencias emergentes en el ámbito de la museografía, logró aportar a la Colección del Banco de España una gran coherencia, convirtiéndola en referente para otras instituciones, tanto nacionales como internacionales. De su mano llegó el primer proyecto para establecer unas directrices que marcasen el programa de adquisiciones según criterios no meramente acumulativos.
Gracias a ellas, por un lado, se paliaron algunas carencias que la colección histórica tenía (por ejemplo, en la pintura de paisaje) y se añadieron piezas —como las citadas del Conde de Floridablanca y el Conde de Gausa— que eran de interés para organizar relatos asociados a la historia de la institución. Y, por otro lado, se establecieron nuevas líneas de actuación, abriendo una puerta a las vanguardias españolas de la segunda mitad del siglo XX —el grupo El Paso, Equipo 57, Equipo Crónica, Equipo Realidad— y adquiriendo obras de pintores y escultores de la escena española del momento —José Guerrero, Esteban Vicente, Miguel Ángel Campano, José María Sicilia, Montserrat Soto, Susana Solano, Federico Guzmán...— en lo que suponía una clara apuesta por incidir en la política de mecenazgo que ha caracterizado históricamente a la institución. En esta labor fue clave su gran relación con los distintos gobernadores del Banco, especialmente con Luis Ángel Rojo, con el que coincidió más de veinte años, estableciendo con él un régimen de confianza mutua que hizo posible la continuidad del proyecto de colección de arte contemporáneo.
José María Viñuela sentado frente a la obra Snow Fall II (1965), de Darío Villalba
Poco después de acceder al Banco, en 1982, se le encomendó la tarea de organizar la gran exposición que ese año, cuando se cumplía el bicentenario de la fundación del Banco de San Carlos, la institución organizó para mostrar sus fondos . Tarea que llevó a cabo con brillantez (no en vano, al año siguiente se le decide nombrar conservador) y para la que contó con la inestimable ayuda de un equipo de colaboradores, entre los que destacaron Alfonso Pérez Sánchez —al que siempre consideró su maestro—, Juan Carrete Parrondo o Julián Gallego, algunos de los cuales trabajaron con él en la elaboración del primer catálogo razonado de pintura de la Colección del Banco, publicado en 1985 y ampliado en 1988. Desde entonces fue simultaneando su labor gerencial y curatorial, participando a su vez en numerosos jurados de arquitectura y artes plásticas. A modo de curiosidad, cabe resaltar que, como miembro del Comité Cultural del Banco Central Europeo, a finales de la década de 1990 fue uno de los integrantes del equipo de expertos responsable de seleccionar los temas iconográficos de las monedas y billetes de euro.
Inauguración de la ampliación del edificio sede del Banco de España (edificio cierre de Cibeles) proyectada por Rafael Moneo | 9 de mayo de 2006
En su calidad de conservador también contribuyó al acrecentamiento del patrimonio arquitectónico del Banco. Por una parte, involucró a los grandes estudios de arquitectura del momento en la renovación y recuperación de algunos de los espacios más emblemáticos de la sede de Cibeles —como las Basílicas o la Sala de Valores (realizadas por Tuñón y Mansilla), las mansardas y la planta basamento (Estudio Paredes Pedrosa) o la Biblioteca (Matilde Peralta del Amo), por citar algunos ejemplos. A él se debe también, en buena medida, la invitación a arquitectos muy destacados para el diseño de los nuevos edificios que, durante la década de los ochenta y noventa, completaron la red de sucursales del Banco y los dos edificios de Madrid, como Rafael Moneo (edificio cierre de Cibeles y sucursal de Jaén) o José Antonio Corrales y Ramón Vázquez y Molezún, autores de la sucursal de Badajoz y del edifico de Alcalá 522. Para este último, propuso la adquisición de un conjunto de esculturas que se instalarían en su vestíbulo de acceso y el zaguán que lo precede. Conjunto de esculturas que a día de hoy constituyen un magnífico compendio de las principales vías por las que transitó esta disciplina en España a finales del pasado siglo. Varias de ellas, además, fueron fruto de encargos realizados expresamente para este espacio, como la imponente Elogio del descontento (1991), de Jorge Oteiza, la última escultura que realiza el artista vasco y en cuya creación fue clave su amistad con Viñuela.
José María Viñuela con Helgar de Alvear
Nacido en el pueblo cacereño de Ibahernando, José María Viñuela mantuvo siempre un firme compromiso con las instituciones artísticas de su Extremadura natal. Impulsor de Foro Sur, la Feria Iberoamericana de Arte Contemporáneo que durante más de una década convirtió a Cáceres en una cita imprescindible del arte contemporáneo, formó parte de los patronatos del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz (MEIAC) y del Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear de Cáceres, en cuya génesis participó. Su profunda y larga amistad con Helga de Alvear explica en buena parte que hoy esta ciudad extremeña cuente con el Museo que lleva el nombre de la coleccionista y galerista. En su doble condición de arquitecto y gran conocedor de los fondos de la colección, su papel ha sido imprescindible en el diseño museográfico y la configuración arquitectónica del edificio, debida al estudio de Emilio Tuñón.
La instalación de los fondos en la muestra inaugural del museo, así como las primeras exposiciones, dan cuenta de la intensa dedicación de Jose María Viñuela a este proyecto que ha ocupado los últimos años de su vida profesional. La más reciente, dedicada a la artista Cristina Lucas, que reúne fotografías de la cámara de oro del Banco, junto a una selección de diversas piezas de la colección cacereña, se ha convertido, sin quererlo, en un referente de lo que fueron sus dos grandes pasiones: el Banco de España y el Museo Helga de Alvear.