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Incorporamos al apartado de Colección de la web una selección de las alfombras y piezas textiles que el Banco de España conserva
En su compromiso por acercar a la sociedad el patrimonio artístico que ha ido atesorando a lo largo de sus más de dos siglos de existencia, el Banco de España ha iniciado un conjunto de acciones para investigar, catalogar y difundir su valioso fondo de objetos encuadrados dentro del campo de las artes decorativas. La primera de ellas fue la publicación el mes de abril del pasado año de un catálogo razonado de su colección de relojes, donde se recopilan 143 ejemplares escogidos entre los más representativos de los que la institución conserva, todos ellos acompañados de detalladas fichas con información sobre su autoría, lugar de fabricación, cronología, medidas y otras observaciones relevantes.
Una selección de estos relojes también se incorporó al apartado de Colección de nuestro portal web, constituyendo los primeros materiales de su sub-apartado de artes decorativas que ahora se amplía con la creación de dos nuevas secciones específicas dedicadas a alfombras y piezas textiles. Cabe señalar aquí que nuestro objetivo es ir dotándolo de nuevos contenidos en los próximos meses, con la inclusión de otras obras singulares de los fondos de la entidad vinculados a lo que en un tiempo pasado se consideraban artes suntuarias o menores, como el mobiliario o la cerámica. No debemos olvidar a este respecto que una de las principales razones de ser de lo que hoy constituye la Colección Banco de España fue disponer de objetos artísticos y decorativos que dignificaran los espacios de trabajo y dialogaran con los entornos arquitectónicos del Banco, tanto de la sede central como de las sucursales. Y dichos fondos han sido esenciales para hacer posible esa aspiración.
Gerard Peemans. Serie de tapices dedicados a los meses del año (c. 1679). Los meses de enero y febrero | Los meses de marzo y abril | Los meses de mayo y junio | Los meses de julio y agosto | Los meses de septiembre y octubre | Los meses de noviembre y diciembre
La sección de Textiles se inaugura con la incorporación de una serie de seis tapices centrados en los meses del año que realizó el maestro tapicero flamenco Gerard Peemans a finales del siglo XVII. Fueron adquiridos por la institución en 1933 como parte del proyecto de reforma, ideado por el arquitecto Juan de Zavala, que pretendía mejorar las condiciones acústicas del Salón de Juntas Generales de su sede de Cibeles, donde aún se encuentran. Como nos explica Ángel Aterido, en estos tapices los meses del año, agrupados en parejas, aparecen encarnados en figuras femeninas y acompañados del signo zodiacal que les corresponde, así como de un cortejo de geniecillos o niños alados que juguetean con las flores y frutos propios de la estación con la que se asocian. Representan un ejemplo paradigmático de la producción de las tapicerías flamencas de la época, muy apreciada en las decoraciones palaciegas de toda Europa.
El modelo iconográfico sobre la representación de los meses del año en el que se basa es el que idea entre 1647 y 1649 Jan van de Hoecke por encargo del archiduque Leopoldo Guillermo de Austria, aunque con las modificaciones sobre el diseño original de los cartones que incorporó con posterioridad el pintor y grabador David Teniers III. De las diferentes ediciones que se realizaron de esta serie en los telares de Gerard Peemans, la que conserva el Banco de España y otra que custodia el castillo de Praga son las únicas que se mantienen íntegras. El hecho de que bajo las cartelas con el nombre de los meses aparezca el escudo de la ciudad de Mons (Bergen es neerlandés), nos indica que esta serie es la que encargó al taller de Peemans el aristócrata español Carlos de Aragón Gurrea y Borja, IX Duque de Villahermosa, quien durante su paso por los Países Bajos como gobernador había conseguido levantar el cerco francés a esta ciudad en 1678, acción que le valió la concesión del Toisón de Oro por Carlos II.
Gerard Peemans. Detalle de los tapices correspondientes a los meses de mayo / junio y septiembre / octubre (c. 1679)
Dos de estos tapices —los correspondientes a los meses de mayo / junio y septiembre / octubre— formaron parte de la exposición Flores y frutos que se celebró del 26 de octubre de 2022 al 25 de febrero de 2023. En ella, a través de una selección de obras de diversos formatos y periodos pertenecientes a la Colección Banco de España se analizaba cómo se ha ido transformando la representación del bodegón o la naturaleza muerta, poniendo de relieve el uso que en el ámbito artístico con frecuencia se ha hecho de los motivos vegetales para tratar alegóricamente los aspectos más nucleares de la vida y de la muerte.
El apartado de Colección de nuestra web contiene también ya una sección específica de alfombras, donde se puede ver una selección de los ejemplares históricos más destacados de este objeto decorativo que el Banco de España posee. Seis de ellos pertenecen al amplio conjunto de alfombras elaborada por la Real Fábrica de Tapices que forma parte de nuestro fondo patrimonial. El más antiguo de estos ejemplares data de 1867 y es, según Antonio Sama, autor de esta catalogación, un «excelente ejemplo de las magníficas alfombras isabelinas» tejidas por esta regia manufactura que inició su actividad en 1721 y que sigue en activo, funcionando desde 1996 como fundación privada sin ánimo de lucro. Se llevó a cabo justo al final del reinado de Isabel II y su brillante colorido y abigarramiento, subraya Sama, «es plenamente coherente con el lenguaje ornamental decimonónico».
Real Fábrica de Tapices - Fábrica Nacional de Tapices: Alfombra (1867) | Alfombra (1932)
La segunda por antigüedad es la gran alfombra de nudo que cubre el Salón de Comisiones de la sede de Cibeles. Tejida entre 1900 y 1925 forma parte del grupo de los anudados de la Real Fábrica de Tapices que versionan tipologías orientales, algo que fue muy frecuente en el cambio del siglo XIX al XX. De la década de 1930 se han seleccionado tres alfombras. Dos de ellas, inventariadas con los números 244 y 264, se caracterizan por poner todo el énfasis decorativo en la bordura. En sus diseños, explica Antonio Sama, se infiere la mano de Faustino Álvarez Quintana o de algunos de los otros dibujantes que trabajaron para la manufactura durante el periodo de la Segunda República (cuando la Real Fábrica de Tapices pasó a denominarse Fábrica Nacional de Tapices), con su voluntad de modernizar y renovar los estilos históricos de decoración, apostando por una abstracción formal que linda con la sensibilidad propia del Art Dèco. Esa voluntad de renovación también está presente en la otra alfombra seleccionada de esta década, con sus colores planos, sin matices, y su dibujo simplificado, casi naif, muy alejado de la tradición clásica. El sexto y último de los ejemplares escogidos es una alfombra de nudo de 1943, cuya composición remite a la decoración de grutescos o la pintura pompeyana.
Real Fábrica de Tapices - Fábrica Nacional de Tapices: Alfombra (1900-1925) | Alfombra (1934) | Alfombra (1931-1939)
Además de esta selección de piezas manufacturadas por la Real Fábrica de Tapices, para abrir esta nueva sección dedicada a las alfombras también se han incluido otros tres valiosos ejemplares. Dos de ellos fueron realizados por la antigua Fundación Generalísimo Franco que en 1978 pasó a denominarse Fundación de Gremios Industrias Artísticas Agrupadas. Se trata, por un lado, de una alfombra con cenefa clásica de sierpes que da cuenta del interés que en la España de la época suscitó la historia de la antigua alfombra española; y por otro, de un ejemplar cuyo diseño fue concebido ad hoc para el Banco de España, posiblemente para la sucursal de Huelva, como atestigua el hecho de que tiene inscrito en su centro las iniciales «BE».
Fundación Generalísimo Franco - Fundación de Gremios Industrias Artísticas Agrupadas: Alfombra (1942-1984) | Alfombra (1962-1982) / Taller de la ciudad de Kermán: Alfombra (c. 1930)
Por último también se presenta un bello e interesante ejemplo de alfombra oriental tejida con nudo asimétrico y cuyo origen se sitúa en la ciudad de Kermán, en el sureste de Irán, localidad con una historia milenaria estrechamente vinculada a la de la alfombra persa. Por las características tipológicas de su gran medallón y de su decoración en general, se estima que data de la década de 1930. Antonio Sama explica que, empleando la nomenclatura desarrollada en el idioma farsi para las alfombras, esta es de tipo golestán, «es decir, que su principal recurso ornamental es la flor». Por la viveza y delicadeza de sus colores, se deduce que estos son todavía naturales, pues de otro modo sería imposible, según Sama, «alcanzar la intensidad cromática que ofrece, por ejemplo, el azul indigo» del fondo del medallón.