Colección
Los meses de mayo y junio
- c. 1679
- Tapiz flamenco. Urdimbre: lana. Trama: lana, seda, oro y plata. 85-90 hilos de urdimbre/dm
- 422 x 467 cm
- Cat. T_3
- Adquirida en 1933
- Observaciones: Manufactura de Bruselas. Autor cartón: David Teniers III
Este paño pertenece a una serie de seis tapices dedicados a los meses del año, agrupados en parejas. Estos aparecen encarnados en figuras femeninas que ostentan los atributos distintivos de cada uno, siguiendo las convenciones fijadas por el iconólogo de Cesare Ripa en el siglo XVI. Además, cada mes es acompañado del signo zodiacal correspondiente y un cortejo de geniecillos o niños alados que juguetean con las flores o frutos propios de cada estación. Son piezas muy representativas del trabajo de las tapicerías flamencas, que venían dominando el mercado europeo desde finales del siglo XV y aún conservaban plena fama y vigor fabril durante el Barroco. Tanto por sus materiales ricos como por el empaque visual, constituían elementos preferidos en las decoraciones palaciegas, más apreciados incluso que la pintura. A ello se sumaba que las composiciones eran proporcionadas por reconocidos artistas, que prestigiaban aún más el producto. A la vez, los cartones a partir de los que se tejían permitieron sucesivas tiradas con las que satisfacer la demanda de una clientela internacional deseosa de disfrutar del aura de autorías consagradas.
Es el caso de este conjunto dedicado a los meses, cuya primera serie fue encargada por el archiduque Leopoldo Guillermo de Austria, tras su llegada a Bruselas como gobernador de los Países Bajos. Las composiciones fueron ideadas por Jan van de Hoecke entre 1647-1649, quien, asimismo, dio los diseños que sirvieron para confeccionar los cartones. Estos fueron ejecutados por un grupo de artistas que se repartieron el trabajo según su especialidad. Pierre Thijs y Thomas Willeboirts se hicieron cargo de las figuras, en tanto que los animales, fundamentalmente pájaros y peces, fueron encomendados a Adriaen van Utrecht y las flores a Jan Brueghel el Joven. Se tejió en torno a 1650 en Bruselas, en los talleres de Evrard Leyniers III y de Gilles van Habbeke. Este primer ciclo estaba compuesto por un total de diez tapices, ya que el grupo de seis dedicado a los meses era completado por otros cuatro que representaban El día, La noche, Los cuatro elementos y Las cuatro estaciones.
Esta serie princeps para el archiduque Leopoldo Guillermo acabaría ingresando en las colecciones imperiales en Viena, tras ser heredada sucesivamente por el archiduque Carlos José de Habsburgo y el emperador Lepoldo I. Del prestigio que alcanzó es buena prueba que se tejieran sucesivas tiradas, de las que se conserva íntegra solo la custodiada en el Nationalmuseum de Estocolmo. Con posterioridad, David Teniers III confeccionó unos nuevos cartones rehaciendo los diseños iniciales de Van de Hoecke, en los que incluyó escenas inspiradas en otras composiciones de su padre, David Teniers II. De estas nuevas composiciones se realizaron varias ediciones en los telares del tapicero Gerard Peemans, encargadas por diferentes comitentes. Significativamente, dos de ellas fueron comisionadas por titulares de importantes linajes españoles Así, la primera de la que hay constancia se tejió para el duque de Pastrana y una segunda para el duque de Villahermosa, que es la que nos ocupa. Esta, perteneciente a la Colección Banco de España, junto a la que guarda el castillo de Praga, se mantienen íntegras. Hay constancia de otras series de Los meses sin completar, con diferente número de paños, en Waddesdon Manor (Alesbury, Buckinghamshire) —cuatro tapices datados entre 1680-1700—, Holkham Hall (Norfolk) —dos piezas— y la que hasta 1979 estuvo en El Quexigal (Ávila) —tres paños—; así como un fragmento de Septiembre y octubre, localizado en el Art Institute de Chicago —1938.1309, posterior a 1675—.
Conforme a testimonios documentales contemporáneos, en 1679 se estaba tejiendo la tapicería para el IX duque de Villahermosa, Carlos de Aragón Gurrea y Borja. El acuerdo alcanzado con Peemans fijaba la confección de «seis piezas de seis anas de altura. El duque hace trato y precio a 25 florines y medio el ana». El escudo situado en cada una, bajo la cartela con el nombre de los meses correspondientes, es el de la ciudad de Mons (Bergen en neerlandés), capital de la región de Henao (Bélgica). Villahermosa, durante su paso por los Países Bajos como gobernador, había conseguido levantar el cerco francés a esta ciudad en 1678. Este hecho le valió la concesión del Toisón de Oro por Carlos II. Precisamente el lema latino que acompaña a los blasones de Mons hace referencia al honor alcanzado por el conde gracias a las armas, durante la llamada guerra franco-neerlandesa. Su traducción, según García Calvo, sería: «La victoria hanonia concedió la gloria del fruto y los colores de la sangre». Es este el motivo principal que permite identificar la tapicería de la colección con la encargada por Villahermosa, quien buscaría alhajar un salón del palacio familiar con una serie que rememorara el acontecimiento que le valió la máxima distinción de la monarquía hispánica. Tras su paso por diferentes propietarios, pasaron por el comercio anticuario. Después de ser ofrecidos en 1933 al duque de Alba, finalmente fueron adquiridos por mediación de Livinio Stuyck, director también de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, con destino a la sede central del Banco de España. La reforma posterior del Salón de Juntas Generales de la entidad se orquestó para su correcta exhibición y en la actualidad mantienen dicha disposición.
Al tratarse de un conjunto dedicado al transcurso del año, las alegorías se sirvieron del repertorio vegetal asociado a los cambios estacionales. A las personificaciones aladas del diseño original de Van de Hoecke, Teniers incorporó escenas populares complementarias tomadas del acervo iconográfico familiar. De forma que el ámbito de la fábula pagana se entremezcla con visiones idílicas de las actividades propias de cada mes. Por ello, en el tapiz de Mayo y junio, añadió una danza de aldeanos, significando la alegría que la abundancia y benignidad del clima de la primavera proporcionan. En tanto Septiembre y octubre presentan la vendimia. El despliegue floral y de frutos, con el que juegan y revolotean en animadas posturas los genios infantiles, completa con sentido dinámico las más solemnes figuras de las deidades de los meses.
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