![Miriam Cahn: an der grenze (2015) [Fragmento]](/f/webca/ADS/Noticias/imgport02.jpg)
Actualizamos la sección de 'Destacados de la Colección' con obras de Axel Hütte, Miriam Cahn y el pintor barroco Juan de Arellano
En la sección de Destacados de la Colección vamos seleccionando distintas obras pertenecientes al fondo patrimonial del Banco de España, conformado por más de 4.500 piezas de épocas, estilos y formatos muy diferentes. El propósito es dar a conocer algunas de las obras más significativas que atesoramos, pero también poner de relieve la gran diversidad del patrimonio artístico que esta institución ha ido acumulando a lo largo de sus más de dos siglos de historia.
Si en las dos anteriores actualizaciones destacamos trabajos de artistas españoles realizados entre los inicios del pasado siglo y la primera década del actual (podéis consultar las obras seleccionadas aquí y aquí), en este caso ponemos el foco en un autor del siglo XVII, Juan de Arellano, y dos creadores contemporáneos nacidos fuera de nuestras fronteras, el alemán Axel Hütte y la suiza Miriam Cahn.
Juan de Arellano: Floreros (1660-1670)
Juan de Arellano (1614-1676) fue uno de los más brillantes pintores de flores del Siglo de Oro español, género en el que alcanzó desde muy pronto un notable prestigio, ejerciendo una gran influencia en autores posteriores, como José de Arellano, su hijo (activo entre 1670 y 1705) y Bartolomé Pérez. Aunque sus primeras obras derivan de modelos flamencos, con el paso de los años su principal fuente de inspiración fueron «floristas» italianos como Mario Nuzzi o Margarita Caffi, a quienes, según Alfonso Pérez Sánchez, "iguala a menudo en calidad". A esta época de madurez pertenecen los dos floreros que conserva el Banco de España, ambos realizados en torno a las décadas de 1660 o 1670 y, probablemente, concebidos como pareja, pues tienen idénticas dimensiones y solo uno de ellos se encuentra firmado. El hecho de que buena parte de las flores se representen muy abiertas, a punto de deshojarse, cumplido ya su momento de esplendor, confiere a estos cuadros una cierta cualidad de vanitas que, aunque desprovista de su carácter macabro usual, contiene un sutil toque de advertencia moral ante la fragilidad de la vida y el carácter efímero de la belleza.
Axel Hütte: Yuste II (Niebla) (2002)
De algún modo, de esa fragilidad y fugacidad de la vida y la belleza también da cuenta otra de las obras seleccionadas, Yuste II (Niebla) (2002). En ella, el fotógrafo alemán Axel Hütte, vinculado a la denominada Escuela de Düsseldorf, retrata con su característico estilo aséptico y detallista un paisaje natural, sin huellas humanas visibles pero cargado de historia. Se trata de un robledal de la comarca de La Vera extremeña, el lugar al que se retiró el emperador Carlos I de España tras su abdicación en su hijo Felipe II. Hütte fotografía el robledal bañado por una densa bruma matinal, de modo que, como explica Isabel Tejada¸ este se encuentra a la vez desvelado y oculto. El artista logra dotar así al paisaje de un carácter pictórico e incluso de una cierta dimensión táctil, como hace en Yuste I (2001), realizada en el mismo espacio, y en Caldera colorada (2004), donde lo que fotografía es un paisaje volcánico de la isla de Lanzarote, las otras dos obras de Axel Hütte que tenemos en la Colección.
Miriam Cahn: an der grenze (2015)
La última obra que hemos seleccionado es an der grenze (2015), un sobrecogedor dibujo de Miriam Cahn que denuncia el horror de la guerra, tema que ha tenido una gran centralidad en su producción desde la década de 1990 y en torno al que también giran los otros dos dibujos —Sin Título (2005) y Sin Título (2014)— que la Colección Banco de España posee de esta artista. En an der grenze, que significa «en la frontera», un grupo de figuras silentes y asustadas huyen por un paraje desolado que podría estar en cualquier lugar del mundo. Una de ellas tiene la cabeza girada y mira directamente al espectador con expresión horrorizada. La inmediatez del dibujo, realizado en este caso en blanco y negro, le sirve a Cahn para expresar de una manera muy directa y poderosa el profundo drama humano que causan los conflictos bélicos, entroncando su obra, como nos señala Yolanda Romero, con la de Francisco de Goya, un artista que también se valió de este medio para denunciar la brutalidad de la guerra y sus efectos en los sectores de la población más indefensos.