
Un paseo guiado por la colección de relojes del Banco de España
En 1783, el Banco Nacional de San Carlos, considerado el primer antecesor del Banco de España, adquirió un reloj de sobremesa inglés firmado por Thomas Windmills para decorar el edificio que esta entidad ocupaba en la madrileña calle de la Luna. Así se inició la colección de relojes del Banco de España que en la actualidad reúne más de cien ejemplares, fechados en los siglos XVIII, XIX y XX y fabricados por las principales escuelas relojeras europeas.
De la mano de Amelia Aranda Huete, Conservadora de Relojes y Plata de las Colecciones Reales del Patrimonio Nacional
, estrenamos en la web un recorrido por este apartado de nuestro fondo patrimonial. Recorrido que supone una nueva entrega de la sección de Itinerarios, donde invitamos a autores externos a realizar sus propias lecturas de aspectos concretos de nuestra Colección, con el objetivo de acercar el rico patrimonio del Banco a la sociedad desde un punto de vista divulgativo y cercano.
Relojes de sobremesa de James Moore French y de José de Hoffmeyer
En su recorrido por nuestra colección de relojes, Aranda Huete ha seleccionado una veintena de ellos, la mayoría de los cuales fueron adquiridos a anticuarios madrileños en la década de 1970 para instalar en las salas de juntas y en los despachos, tanto de su sede central en la Plaza de Cibeles como de sus sucursales. No obstante, algunos de los ejemplares más interesantes, como sendos relojes firmados, respectivamente, por José de Hoffmeyer y el relojero inglés James Moore French, se adquirieron a mediados del siglo XIX, durante el reinado de Isabel II, cuando la institución adoptó su denominación actual.
Reloj de sobremesa 'Alegoría de la maternidad' (Antoine Gaulin) y Guarnición, con reloj de sobremesa y dos candelabros (Peña y Sobrino)
Como los dos que acabamos de mencionar, la mayoría de los ejemplares de relojes que la Colección conserva son "de sobremesa" y, a menudo, van acompañados de otros objetos (candelabros, jarrones...) a modo de guarnición, lo que pone de relieve la centralidad de su funcionalidad decorativa. Las cajas de estos relojes, nos explica Aranda Huete, "están fabricadas en bronce –dorado y pavonado-, mármol, porcelana y madera de alta calidad", y son "reflejo de los diversos movimientos estéticos –Imperio, Restauración, Segundo Imperio, Decó-" que fueron predominantes en la fabricación de relojes desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX.
En su Itinerario, Amelia Aranda Huete también se detiene en dos relojes de características muy singulares. Por un lado, el llamado "Reloj monumental" del Patio de Operaciones de la sede central del Banco de España, instalado por sugerencia de José Yarnoz Larrosa
, el arquitecto que en la década de 1930 realizó la primera ampliación de este edificio. Se trata de un cuerpo monumental con un diseño Decó que sirve, además, para iluminar de manera indirecta el hall y alberga en su interior un sistema de extracción de aire. Por otro lado, el "Reloj de torre" que preside la fachada del Chaflán y que fue construido en Londres en 1890 por el relojero británico David Glasgow, encargándose de su instalación -y también, en los años inmediatamente posteriores, de su mantenimiento- el relojero madrileño J. Ramón Garín.
Reloj monumental (diseño de José Yarnoz Lafuente) y Reloj de torre (David Glasgow)