Teku rojo mayor
- 1989
- Pintura y cargas sobre táblex
- 250 x 250 cm
- Cat. P_430
- Adquirida en 1989
Fiel al lenguaje de la abstracción tras conocer de cerca las bases del art autre, pero, sobre todo, la obra de artistas como Jean Dubuffet, Jean Fautrier, Pierre Soulages, Wols o Antoni Tàpies, Muñoz es considerado como uno de los máximos exponentes del movimiento abstracto del informalismo a pesar del vínculo que, hacia el final de sus días, su obra establece con una práctica próxima a lo figurativo. A raíz de su experimentación plástica con la madera y el papel quemado —materiales que, con el tiempo, llegarán a convertirse en el sello de identidad de casi toda su producción—, la obra de Lucio Muñoz se consolida en torno a la expresión que emana de la elementalidad de la materia. Con el fin de evocar la naturaleza que late tras el aura del misterio inherente en su composición, el artista no duda en someter los materiales a todo tipo de perforación, rasgadura, quemadura, talla o enmohecimiento.
Realizada en 1989, es decir, en plena época de experimentación con el papel mojado, la fabricación de su propio papel, los diálogos mediante la madera y el plástico y la luz como el aspecto clave en la configuración de su obra, Teku rojo mayor (1989) es un claro ejemplo de la importancia de la administración del color a la hora de evocar el dramatismo de nuestro mundo interior o esa suerte de espacios para la meditación que, embebidos de un tiempo condensado, el artista concibe para hallar respuestas a las preguntas que se formula. Se trata de ofrecer respuestas que, tanto si llegan como si no, siempre parece que pasan de largo, porque —como suele suceder con artistas de la talla de Lucio Muñoz— nunca dejan de plantear cuestiones cada vez más complejas.
Más obras de Lucio Muñoz