Colección
Sin título
- 1984
- Pizarra, cemento y pigmentos
- 64,2 x 39 x 13,5 cm
- Edición única
- Cat. E_115
- Adquirida en 1996
Una de las características fundamentales de las obras de Cristina Iglesias es que atraen la participación del espectador, exigiendo que tenga una conducta activa, que penetre en ellas y que deje actuar a sus sentidos sin cortapisas. La Colección Banco de España posee una obra de medianas dimensiones, en comparación con el resto de la obra instalativa de Iglesias: Sin título (Atenas II) (1991), una escultura de pared realizada con placas de cristal azul engarzadas en una estructura con acero que se despega levemente del plano vertical para invitar al espectador a introducirse bajo ella observando cómo la luz la atraviesa y tiñe de azul el espejo. En forma de tejadillo, Sin título (Atenas II) cambia la convencional posición de la mirada en el espacio expositivo en un ejercicio que se repite frecuentemente en la obra de la artista vasca. La escultura forma un refugio para el observador. Una tipología para la cual Iglesias también se sirvió en la década de 1990 del uso del alabastro.
Díptico IV (1998), al igual que la obra anterior, construye un espacio envolvente. En este caso lo hace a través de la reflexión del cobre, la vibración de la luz sobre este y el movimiento del espectador. Díptico IV genera virtualmente distintas situaciones que modifican la bidimensionalidad de la fotografía serigrafiada sobre cobre. Muestra un espacio creado por Iglesias a partir de estructuras construidas con cajas de cartón sobre un terreno arenoso que resulta impracticable no solo físicamente, sino también mentalmente, ya que se ofrece cambiante a nuestro paso.
La colección posee, finalmente, una pieza de características más escultóricas perteneciente a los primeros pasos creativos de la artista. Hablamos de Sin título, una estela de piedra de 1984 que parece tener dibujado en cemento el relieve de un ala. Cristina Iglesias explora el contraste de texturas y colores que tiene un material utilizado desde la época romana por su flexibilidad arquitectónica: el cemento, en este caso policromado. Una obra que parece esconder ecos geológicos o paleontológicos.
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