Las tres obras de Natividad Bermejo que forman parte de la Colección Banco de España — Eclipse (1995), Sin título (1998), y Sin título (2000)— fueron realizadas en el marco temporal de un quinquenio y responden a la coherencia formal y discursiva mostrada por la artista desde que comenzó su andadura en el campo del arte, a mediados de los años ochenta. En concreto, esta serie de trabajos pertenece al período de los años noventa, momento en que el dibujo pasa a ocupar un lugar principal en la producción de la artista. El óleo, el carbón y, principalmente, el grafito serán las técnicas empleadas en la ejecución de estas imágenes, elaboradas utilizando distintas escalas de grises. La artista reduce en sus obras el motivo hasta lo más simple y el gesto mínimo: «La opción radical de Natividad Bermejo ha sido la de cubrir el papel de grafito y dejar en blanco la figura, haciendo gala de una elegante economía de medios y de una completa renuncia al color», en palabras del crítico José Martín Martínez.
Con una ejecución en la que se pone de relieve la planitud del espacio de representación en relación a la importancia que adquiere el motivo representado, Natividad Bermejo despliega en sus dibujos un sugerente catálogo de escenas nocturnas —explosiones, eclipses, tormentas eléctricas o constelaciones de estrellas— que tienen la capacidad de generar atmósferas inquietantes y perturbar al espectador. Operando desde un discurso en el que se asocian de manera inmediata aspectos poéticos y lenguajes concretos, la obra de Natividad Bermejo se inscribe en una tradición que suprime cualquier ornamento en favor de un análisis riguroso de las formas, de un vocabulario plástico austero que señala aquello considerado por la artista como esencial.
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