Sin título
- 1982
- Acuarela sobre papel (Arches)
- 76 x 57 cm
- Cat. D_26
- Adquirida en 1983
En el contexto del retorno de la pintura en los años ochenta, y como forma de medirse con el pasado desde una personal renovación del lenguaje pictórico, Miguel Ángel Campano se mira en el espejo de los maestros de la pintura. Varias de las obras pertenecientes a la Colección Banco de España reflejan ese momento de repliegue y avance de aquella década y la extraordinariamente fructífera estancia en París del artista, como es el caso de El músico y la modelo V (1983) y La Grappa XI (1986), ambas basadas en obras del pintor de la escuela clasicista francesa Nicolas Poussin. La primera de ellas, Concierto campestre, puede tener su referente en las obras Numa Pompilio y la ninfa Egeria (1631-1633, Musée Condé de Chantilly), en la que la mujer de idéntica postura es entretenida por un músico, en este caso un flautista en lugar del intérprete de viola de gamba preferido por Campano, y Bacanal de la tocadora de laúd (1627-1628, Musée du Louvre). Campano, más interesado por los mecanismos compositivos de Poussin que por la temática en estas obras, conserva en El músico y la modelo V parte del vocabulario de signos de una de su serie más señalada, Vocales, realizada en el gozne entre los setenta y ochenta; un lenguaje perceptible aún de manera más patente en la acuarela Sin título (1982), en la que las grafías sueltas parecen intentar crear una escena. Tal gramática personal supone su despedida momentánea de la abstracción en pos de esta mirada al pasado; se diría que El músico y la modelo V, pintado de manera simultánea a Vocales, refleja una cierta reestructuración de lo que antes eran formas más libres y dispersas hacia la conformación de una escena más reconocible, en una línea que desarrollará plenamente en adelante.
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