Colección
Sin título (Plantas selva yucateca en peligro de extinción)
- 2020-2021
- Tinta de cenizas de dólar sobre papel de algodón
- 57 x 38 cm
- Cat. D_416
- Adquirida en 2021
Los cuatro dibujos Sin título (uno de ellos subtitulado Paisajes selva yucateca, y los otros tres, Plantas selva yucateca), fechados en época pandémica (2020- 2021), están ejecutados con una técnica peculiar, estrechamente vinculada al carácter procesual de la producción de Fritzia Irízar. Se trata de tinta de cenizas de dólar sobre papel de algodón. La conversión de billetes de dólar en distintos materiales artísticos (tinta de carbón, como en este caso, o bien minúsculos fragmentos de papel, como en el de su proyecto sobre el Guernica, por ejemplo) apunta a una de las constantes de la obra de Irízar: la transformación física y simbólica de la materia, especialmente la de aquellos materiales apreciados más por su valor económico y representativo de estatus social que por su verdadera utilidad para la subsistencia de la especie. Casi toda su producción gira en torno al análisis crítico de otro arte, la chrematistiké, o sea, el arte de ganar dinero; sobre todo, cuando se practica por medio de una economía de carácter extractivo que sin consideración por el valor de uso de las materias primas del planeta privilegia su valor de cambio.
En una de las láminas se puede observar un detalle del paisaje vegetal de la selva yucateca. Las otras dos imitan el estilo de las páginas de un tratado clásico de botánica y muestran dos especies distintas de arbusto, sobre las que podemos leer, escritas en dorado con una caligrafía manual, las palabras kucheel y tank’as aak’.
Kucheel o kuche es el nombre maya del cedro (Cedrela odorata), y procede de la conjunción de la partícula ku, utilizada para referirse a lo divino, y che, que significa «madera». El cedro tiene una madera fragante cuyas propiedades lo hacen especialmente apto para el tallado, de ahí que la cultura maya lo haya usado tradicionalmente para esculpir imágenes u objetos sagrados. También tank’as aak’ es un término maya, el nombre de una planta trepadora que tiene, al igual que el cedro, usos medicinales. A menudo, en su afán de ordenación de especies vegetales y animales, la ciencia occidental ideó nombres nuevos y aplicó sus sistemas de clasificación obviando los empleados por las poblaciones nativas de las regiones que constituían el hábitat de esas especies. Esa elegante caligrafía cursiva de origen ilustrado (semejante al tipo Copperplate) que ha usado la artista en estos dibujos, así como su tono dorado; su carácter, por lo tanto, abiertamente occidental, produce un agudo contraste con las palabras mayas, y remite de un modo sutil a conflictos de cariz poscolonial. En una parte considerable de los proyectos e instalaciones de Fritzia Irízar no solo se pone en cuestión el carácter inútil y vanidoso de los procesos de explotación económica de su país, México, sino también el origen extranjero de las empresas a cuyas manos van a parar sus beneficios, que, por lo demás, se traducen en perjuicio económico, social y ecológico para los habitantes de esas regiones.
Los tres dibujos de especies yucatecas forman parte del proyecto «Chicxulub, estudios de un paisaje», una investigación sobre el cráter del volcán homónimo, situado en Yucatán, llevada a cabo durante el confinamiento por el SARS-CoV-2. En palabras de la propia artista, «intenta provocar la reflexión alrededor de la idea de extinción y de las relaciones de poder entre las especies». Así, se vincula el estado de emergencia causado por la pandemia con el cráter de Chicxulub, provocado por el asteroide que puso fin a la era de los dinosaurios, y que dio lugar «al último gran reordenamiento de poder entre las especies, el cual colocó a los seres humanos en una posición privilegiada que hasta el día de hoy conservamos». Se trata de una reflexión sobre el desequilibrio entre el coste y el beneficio que conllevan los proyectos actuales de desarrollo urbano y turístico en Yucatán, en uno de los ecosistemas más frágiles y genuinos del planeta, y precisamente sobre el mismo territorio en el que tuvo lugar la última gran extinción. Los dibujos de esta serie representan zonas naturales y especies vegetales en riesgo o ya extintas del estado de Yucatán.
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