Signos y cadenas

Signos y cadenas

  • 1965
  • Técnica mixta sobre cartón adherido a lienzo
  • 66 x 97 cm
  • Cat. P_346
  • Adquirida en 1987
Por:
Carlos Martín

Como reacción a la tradición secular del cuadro como ventana al mundo, desde mediados de los años cincuenta las obras de Antoni Tàpies comenzaron a responder al formato del muro como espacio comunicativo, una fórmula plenamente forjada en la década de 1960. A ese momento de expansión internacional del artista corresponden las dos obras del Banco de España. El artista halló una marca de identidad en la creación de una pintura contundente, informalista y de densidad matérica a través del uso de cargas como el polvo de mármol, que otorgan a las obras una presencia arquitectónica, pesada y rotunda.

Interesado por el grafiti y el grattage, medios de expresión que agreden el muro, Tàpies descubrió en las fotografías de grafitis de Brassaï una confirmación del interés que le habían despertado en su infancia los esgrafiados espontáneos del barrio gótico barcelonés. En Signos y cadenas (1965), el «muro» aparece como una superficie apresuradamente blanqueada que oculta de manera precaria, a modo de palimpsesto, escenas o signos anteriores, toda una memoria física que cede ante el protagonismo de nuevos signos, números, líneas discontinuas y la cadena, símbolo de una suerte de continuidad existencial que recorre la zona inferior. Es conocido el empleo que hace Tàpies de iniciales, letras inconexas, signos como el aspa y la cruz o, como en estos casos, números, que aparecen en otras obras señaladas como Composició amb numeros (1976, Fundació Antoni Tàpies, Barcelona).

La elección del ocho, presente en ambas obras, puede resultar indescifrable, si bien incita a pensar en el sentido esotérico y cabalístico de su pintura; en ese sentido, cabe recordar que, dados su gusto por los signos matemáticos y su tendencia a trastocar el sentido de lectura de letras y números, este ocho se convertiría en la proyección gráfica erguida del signo del infinito, grafía de origen confuso que remite a un concepto elaborado en la antigua India, ámbito cultural fundamental en el interés intelectual del artista por el budismo y el hinduismo. Mientras el ocho volverá a aparecer como enumeración en obras como Ocho cruces (1981, Colección Iberdrola), la idea del infinito vuelve a emerger en Infinit (1988, colección particular, Barcelona).

Carlos Martín

 
Por:
Roberto Díaz
Antoni Tàpies
Barcelona 1923 - Barcelona 2012

Considerado uno de los artistas fundamentales del arte español de la segunda mitad del siglo XX, con una de las mayores proyecciones internacionales, fue precursor del informalismo y el arte povera, pero ante todo creó un lenguaje plástico propio e inconfundible. Debido a una enfermedad pulmonar en su juventud, Tàpies se dedicó de forma autodidacta a pintar y dibujar. Posteriormente cursó estudios de Derecho (1941-1946), que abandonó para dedicarse plenamente a la pintura. En 1947 entabló amistad con el poeta Joan Brossa y al año siguiente fundaron la revista Dau al Set junto con los artistas Joan Ponç, Modest Cuixart y Joan-Josep Tharrats, y los escritores Arnau Puig y Juan Eduardo Cirlot. Con un fuerte componente surrealista, la publicación supuso un impulso renovador dentro del ambiente artístico catalán pese a que se disolvió en 1951. En esta época, la obra de Tàpies desarrolló formalmente un lenguaje con componentes magicistas, surrealistas y primitivistas, influido por la pintura de Joan Miró, Paul Klee y Max Ernst. En 1950 se trasladó a París con una beca del Gobierno francés; allí conoció el art autre, que lo conduce ya plenamente a un tratamiento matérico como vehículo expresivo, pero también simbólico, y como relación del ser humano con el universo. El empleo de tierras, polvo, barnices, collage, junto al grafismo originado mediante incisiones, arañazos y raspaduras, hace que en sus obras se aúnen los procesos de creación y destrucción, en una concepción del cuadro como muro, ya sea en sentido literal, nominal o metafórico. En la década de 1950 su obra adquiere relevancia internacional al participar en la Bienal de Venecia de 1952, obtener el Gran Premio de Pintura de la Bienal de São Paulo de 1953 y exponer individualmente ese mismo año en la Martha Jackson Gallery de Nueva York. En las décadas de 1960 y 1970, Tàpies intensifica su compromiso social y político, que se plasma en sus obras, a las que incorpora el componente objetual como expresión de su entorno vital y cotidiano. En las siguientes décadas continúa desarrollando su lenguaje plástico, plagado de motivos y signos recurrentes, en los que toma fuerza el pensamiento oriental y la reflexión sobre el dolor entendido como parte intrínseca de la vida.

La obra de Tàpies ha participado en eventos como las bienales de Venecia (1952, 1958 y 1981) y São Paulo (1953), o la Documenta 3 (Kassel, Alemania, 1964). Se realizó la primera retrospectiva de su obra en el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York, 1962), donde expuso de nuevo en 1995, y en centros destacados internacionalmente como el Institute of Contemporary Arts (Londres, 1965); la Nationalgalerie (Berlín, 1974); la Fundació Joan Miró (Barcelona, 1976); el Museo Reina Sofía (Madrid, 1990, 2000 y 2004); el Museum of Modern Art (Nueva York, 1992). Después de su muerte, se le han dedicado exposiciones en el Museo Guggenheim Bilbao (2013-2014); el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Barcelona 2013-2014); o la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona, 2013-2014), creada por el propio artista en 1984. Entre otros reconocimientos a su carrera, Tàpies ha obtenido la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña (1983); el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990); o el Premio Velázquez de las Arte Plásticas (2003). El rey Juan Carlos I le otorgó el título de marqués de Tàpies en 2010.

Roberto Díaz

 
«International Center of Aesthetic Research», International Center of Aesthetic Research (Turín, 1968). «50er Jahre», Galerie Orangerie Reinz (Colonia, 1986). «20 pintores españoles contemporáneos en la colección del Banco de España», Sala de Exposiciones de la Estación Marítima Xunta de Galicia (A Coruña, 1990). «20 pintores españoles contemporáneos en la colección del Banco de España», Palacio del Almudí (Murcia, 1990). «20 pintores españoles contemporáneos en la colección del Banco de España», Sala Amós Salvador (Logroño, 1990). «20 pintores españoles contemporáneos en la colección del Banco de España», Museo de Navarra (Pamplona/Iruña, 1990-1991). «De Goya a nuestros días. Miradas a la Colección Banco de España», Musée Mohammed VI d'Art Moderne et Contemporain (Rabat, 2017-2018).
VV. AA. Arco 87. Feria Internacional de Arte Contemporáneo, Madrid, Arco/ Ifema, 1987. Alfonso E. Pérez Sánchez, Julián Gállego y María José Alonso Colección de pintura del Banco de España, Madrid, Banco de España, 1988. VV. AA. 20 pintores españoles contemporáneos en la colección del Banco de España, Madrid, Banco de España, 1990. Yolanda Romero e Isabel Tejeda De Goya a nuestros días. Miradas a la Colección Banco de España, Madrid y Rabat, AECID y FMN, 2017. VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 3.