Primer Ulises (naturaleza muerta con limones)

Primer Ulises (naturaleza muerta con limones)

  • 1981
  • Óleo sobre lienzo
  • 130 x 220 cm
  • Cat. P_603
  • Adquirida en 1997
Por:
Isabel Tejeda

Las pinturas de Alfonso Albacete que pertenecen a la Colección Banco de España están datadas a inicios de la década de 1980. Este momento de reivindicación de la «pintura- pintura» coincidía con una entusiasta transición democrática tras casi cuatro décadas de dictadura. Algunos artistas, que habían iniciado su trayectoria en la década anterior con una pintura preñada de conceptualismo, como es el caso del pintor que nos ocupa, abandonan los discursos metalingüísticos para entregarse, casi de forma hedonista, al placer de la pintura. La materia, lo plástico y el deleite de lo retiniano encontraban sus fuentes primeras en las pinturas fauvistas y expresionistas de principios del siglo XX, pero también en el expresionismo abstracto posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, lo que en las vanguardias se planteaba como una pincelada estomacal y libre en los pintores de esta generación, aquí se convertía más bien en la cita a esta pintura. El trabajo de Alfonso Albacete, de hecho, ha conjugado lo cerebral —el estudio de la luz y del espacio, fundamentalmente— con una pintura que habla de sí misma de forma placentera, pero también reflexiva y controlada.

Nos topamos con una vuelta a los géneros nacidos en la Academia francesa del siglo XVII, como el bodegón, el paisaje o el retrato. Primer Ulises (naturaleza muerta con limones) (1981) releva a la interpretación cualquier referencia literaria; supone, de hecho, la abstracción del mismo título: una pintura luminosa en la que impera el blanco, que queda marcada por una línea en la parte superior de la pieza; dicha línea parece indicar la idea abstracta de un mantel sobre el que se posan pinceladas largas de distintos colores, manchas que parecen querer escaparse por el límite del cuadro. En este sentido, más que una representación de limones, de otras frutas y objetos, es la expresión plástica de su idea. Sobre este plano blanco se velan con muy poca pintura distintas capas de estructuras casi borradas, como a modo de arrepentimientos, al tiempo que queda manchado por los goterones de pintura que se escurren hacia abajo, lágrimas que provienen de los bloques de óleo verde, amarillo o naranja que coronan la obra como teselas de un mosaico. Goterones buscados que ponen en evidencia que se trata de pintura y nada más que pintura. Sin duda la referencia a los limones rememora su infancia y juventud en La Alberca, Murcia, cuando daba sus primeros pasos junto al que por entonces fue su maestro, Juan Bonafé. Influyó también de manera esencial el viaje que el artista realizó por el Mediterráneo (recuerda en especial la impresión que le provocó el Museo Nacional del Bardo en Túnez), entendiendo el Mare Nostrum como una serie de orillas/espejo que rebotan unas en otras.

Isabel Tejeda

 
Por:
Roberto Díaz
Alfonso Albacete
Antequera (Málaga) 1950

Perteneciente a la generación de artistas españoles que renuevan el género de la pintura entre las décadas de 1970 y 1980, desde su ciudad natal se trasladó hasta Murcia, donde pasó a ser discípulo de Juan Bonafé. Posteriormente estudió Arquitectura en València y Madrid, formación que terminó en 1977. Desde 1979 se dedicó plenamente a series de pinturas, desde la inicial En el estudio, que presentó ese mismo año en la Galería Egam de Madrid y en la que ya se aprecian las influencias de Paul Cézanne, el expresionismo abstracto y el pop art norteamericanos, hasta Levante (1980), en la que traduce la luminosidad del paisaje murciano, o El estudiante de Praga (1985), con escenas de sus viajes por Centroeuropa. En todas ellas parte de lo cotidiano a través de una figuración que se va haciendo progresivamente más abstracta, pero de la que nunca desaparecen las referencias figurativas, y en la que la luz y la atmósfera son plasmadas a través de un cromatismo vital, matérico y de complejas arquitecturas formales que ha desarrollado hasta la actualidad como una afirmación continua por el género pictórico.

Ha participado en las exposiciones que marcaron el rumbo del arte español de los ochenta, como «1980», en la Galería Juana Mordó (Madrid, 1979) o «Madrid D. F.», en el Museo Municipal de Madrid (1980) y, posteriormente, en las revisiones históricas que se hicieron de este momento. En 1988 se le dedicó su primera exposición retrospectiva en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid. También ha expuesto en el Museo de Arte Moderno de Moscú (2011); en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla, 2014); el Museo Reina Sofía (Madrid, 2014); y la Galería Marlborough (Madrid, 2016).

Roberto Díaz

 
«Veinte pintores, trece críticos», Centro Cultural de la Caixa de Pensiones de Barcelona (València, 1982). «Veinte pintores, trece críticos», Centro Cultural de la Caixa de Pensiones de Barcelona (Madrid, 1982). «La Movida», Sala Alcalá 31 (Madrid, 2006-2007). «Idea: Pintura Fuerza. En el Gozne de los años 70 y 80», Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. MNCARS (Madrid, 2013-2014). «Alfonso Albacete», Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. CAAC (Sevilla, 2018-2019). «Las razones de la pintura», Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. CAAC (Sevilla, 2018-2019). «La pintura inevitable», Centro Cultural Las Claras Fundación Cajamurcia (Murcia, 2024).
VV. AA. Veinte pintores, trece críticos. Panorama de la joven pintura española, Barcelona, Fundación Caixa de Pensiones, 1982. Mercedes Pineda y Mafalda Rodríguez (coord.) Idea: pintura fuerza. En el gozne de los años 70 y 80, Madrid, MNCARS, 2014. VV. AA. Alfonso Albacete. Las razones de la pintura, Sevilla, Junta de Andalucía y CAAC, 2018. VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 2.