Paisaje (Camí antic de Vilanova)
- 1890
- Óleo sobre lienzo
- 109 x 147 cm
- Cat. P_286
- Adquirida en 1982
La excepcional obra de Ramón Casas se caracteriza por los retratos o las escenas de la cotidianidad urbana, fundamentalmente reflejo de su vida cosmopolita y bohemia en las dos ciudades en las que más tiempo residió, París y Barcelona. Escenas que reflejaban los tiempos cambiantes, no siempre en clave optimista, ya que también abundan las pinturas de lectura crítica. El cuadro que conserva la Colección Banco de España, un paisaje catalán tal y como aparece subrayado en la trasera de la obra, nos resulta especialmente interesante y moderno, no solo por la factura de la obra, que aúna fórmulas naturalistas con toques de influencia impresionista, sino también por lo que representa: un escenario rural que se ve transformado por el progreso y la modernidad. Se trata de una obra pintada en 1890, año crucial en la trayectoria de este pintor barcelonés y clímax de la renovación de la pintura catalana. Junto a Santiago Rusiñol y el escultor Enric Clarasó, Casas realiza una polémica exposición en la Sala Parés de Barcelona que fue toda una declaración de intenciones. Supuso, amén de un fracaso comercial, el posicionamiento a la contra de los sectores más conservadores y reacios a la renovación lingüística, acostumbrados a los asuntos amables y anecdóticos.
Este antiguo camino a Vilanova de Ramón Casas contiene varios síntomas de la modernidad: en paralelo al viejo y solitario camino, senda para las carretas, pasan, por un lado, las vías del tren, y por otro, los postes que soportan el tendido eléctrico. Se trata de un espacio más bien desnudo, despojado de toda aquella anécdota que pudieran teatralizar unos sujetos voluntariamente omitidos. Casas es certero, muestra lo que ve: un paisaje mediterráneo de arbusto bajo que ha sido duramente desmontado, a dentelladas de pala, para albergar el futuro. Todo un manifiesto, esta obra.
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