Colección
Las pinturas de Alfonso Albacete que pertenecen a la Colección Banco de España están datadas a inicios de la década de 1980. Este momento de reivindicación de la «pintura- pintura» coincidía con una entusiasta transición democrática tras casi cuatro décadas de dictadura. Algunos artistas, que habían iniciado su trayectoria en la década anterior con una pintura preñada de conceptualismo, como es el caso del pintor que nos ocupa, abandonan los discursos metalingüísticos para entregarse, casi de forma hedonista, al placer de la pintura. La materia, lo plástico y el deleite de lo retiniano encontraban sus fuentes primeras en las pinturas fauvistas y expresionistas de principios del siglo XX, pero también en el expresionismo abstracto posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, lo que en las vanguardias se planteaba como una pincelada estomacal y libre en los pintores de esta generación, aquí se convertía más bien en la cita a esta pintura. El trabajo de Alfonso Albacete, de hecho, ha conjugado lo cerebral —el estudio de la luz y del espacio, fundamentalmente— con una pintura que habla de sí misma de forma placentera, pero también reflexiva y controlada.
Nos topamos con una vuelta a los géneros nacidos en la Academia francesa del siglo XVII, como el bodegón, el paisaje o el retrato. Continuando con el uso de los géneros como excusa pictórica, María (1981) es un retrato de su hermana, pintado en la casa de sus padres en La Alberca, una pintura que pertenece a la serie El huerto. Para ella, Albacete realizó varios «retratos» de conocidos que, casi como en un acto performativo, se paseaban desnudos entre los limoneros. El espacio está articulado por los trazos que construyen el lugar de un cuerpo situado en el centro de la tela, cuyo volumen se ve atravesado por manchas rebeldes de color.
Más obras de Alfonso Albacete