Mar groc (1979) es una pintura muy representativa del trabajo llevado a cabo por Albert Ràfols- Casamada en la década de 1970. En esta fase se consolida un recurso repetido en sus cuadros, que el artista denomina «silueta de la ventana», «algo así como un elemento abstracto dentro de la realidad que, sin salir del plano ni tampoco recurrir a la perspectiva, permite crear un efecto de profundidad y crear de este modo un doble espacio, interior y exterior». Presente en su trabajo anterior, esta técnica se retoma y amplía en estos años, a partir de la formalización de espacios «dobles» que genera un «equilibrio orgánico». Rectángulos de color que aparecen relacionados con el estudio de los llamados planos cromáticos (color-field) del expresionismo abstracto, una corriente artística con la que el pintor estaba muy familiarizado.
En un texto del dietario que escribe Ràfols- Casamada en el año 1979, recogido en Forma, significado, sentido, el libro escrito por historiador José Francisco Yvars, se reproduce la siguiente reflexión: «Las formas simples, sin significación concreta alguna, circulando por la superficie de la pintura, son como los hechos insignificantes que llenan tantos momentos de realidad... Que el color se extienda sobre la tela como la arena en la playa solitaria. El color habla cuando calla la materia».
Unas palabras del pintor que bien podrían referirse a este lienzo de tonos cálidos, organizado en torno a una banda horizontal amarilla que atraviesa y domina el espacio del cuadro. De una sutilidad y sensibilidad poco frecuentes, Mar groc toma cuerpo a partir de la superposición de veladuras casi imperceptibles, de pigmentos que se depositan sobre el soporte del lienzo creando un espacio frágil y sugerente, una superficie visual que evoca las playas descritas por el artista.
La pintura de Albert Ràfols-Casamada es una «pintura indiciaria» —tal y como define Yvars—, que propone al espectador el acceso a un conocimiento de lo sensible a partir de lo leve y lo ínfimo.
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