IP (Italian Port)

IP (Italian Port)

  • 1980
  • Acrílico sobre papel (Tríptico)
  • 99 x 71,5 cm c/u
  • Cat. P_769
  • Adquirida en 2012
Por:
Beatriz Herráez

IP (ITALIAN Port) (1980) es un tríptico en el que Manolo Quejido reproduce un motivo habitual en sus piezas, un arco de medio punto que funciona a modo de puerta, dividiendo un espacio abierto en el que transita una figura humana. Una imagen que parece corresponder con un exterior, pero que también podría ser comprendida como un dispositivo teatral, como un fondo que marca distintos planos — profundidades— sobre un escenario ficticio. En esta ocasión, Manolo Quejido reproduce la misma estampa en tres «versiones» similares pero a la vez distintas, a modo de variaciones, modificando en cada intervención la gama cromática empleada en la ejecución de los lienzos. El uso del color — amarillos, añiles y rojos— remite al futurismo, a los fauves y a figuras como las de Paul Gauguin y Henri Matisse, muy presentes en las investigaciones elaboradas por el artista.

Emulando el gesto de Claude Monet, quien registró el modo en que la luz afectaba a un mismo paisaje en distintos momentos del día —en su conocida serie sobre la catedral de Rouen—, Manolo Quejido propone en estas imágenes un mismo espacio transformado por la aplicación del color. En este caso, y a diferencia de lo descrito, este tríptico parece surgir de un ejercicio llevado a cabo en el estudio, no al aire libre, en el que no intervienen otros factores que no sean las permutas impuestas por el autor.

Con motivo de una exposición organizada en el Centro de Arte de Alcobendas en el año 2012 titulada «Una mirada española. Manolo Escobar, coleccionista», en la que se mostraba la pintura titulada PI (1980) —una imagen idéntica a las que nos ocupan pero de mayores dimensiones— el historiador Juan Manuel Bonet subrayaba la importancia de su año de ejecución, «el año más emblemático para la generación de la cual es una de las figuras más destacadas», y explicando además cómo el título PI se trataba de las iniciales de «pintura italiana, en oposición a PF, pintura francesa». Como el propio autor ha declarado en alguna ocasión, es justamente la asociación de la acción de pintar con el pensar, «el sentir que atraviesa el pintar-pensar», lo que define en gran medida la ejecución de sus obras, una reflexión que atraviesa su producción.

Beatriz Herráez

 
Por:
Beatriz Herráez
Manolo Quejido
Sevilla 1946

Ligado al grupo renovador de artistas de la nueva figuración madrileña de finales de los años setenta, Manolo Quejido despliega, desde su actividad más temprana, un trabajo en el que confluyen el compromiso y la reflexión acerca de la práctica pictórica como espacio de resistencia y transformación. Entre los referentes e hitos de su trayectoria se encuentran su interés por la poesía concreta, su vinculación con el Equipo 57 o su participación en el Seminario «Formas Computables» en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid en 1970. De manera paralela a su actividad de pintor, Manolo Quejido ha estado implicado en proyectos colectivos como la puesta en marcha de la Cooperativa de Producción Artística y Artesana (1968), el Almazén de la Nave (1992) y el espacio CRUCE (1993) en Madrid.

Con ocasión de una exposición realizada por el autor en la Galería Buades en Madrid, el crítico e historiador del arte Ángel González García —a quien estuvo muy unido con su participación en muestras emblemáticas como «1980» y «Madrid D. F.»— escribía acerca de su trabajo: «En este año de 1979 cumple Manolo Quejido treinta y tres años, edad fatídica y, a la vez, gloriosa. Por si acaso, Quejido andaba ya pintando febrilmente y dispuesto además a pasar de matute en cada cuadro todo lo que sabe de pintura, él; que, según dicen, ha pintado de todo; o será que todo lo ha convertido en pintura, sin preocuparse demasiado por los inevitables fracasos que semejante despropósito acarrea». En efecto, es la propia acción de pintar, el disfrutar del «oficio», así como el conocimiento de la historia de la disciplina, de su dimensión social y de su potencial irreverente y transformador, lo que ha caracterizado la práctica del autor hasta su producción más reciente.

Entre otros espacios e instituciones, Manolo Quejido ha expuesto en La Empírica (Granada, 2016); el Museo de Arte de São Paulo (2008); el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana (2008); el Museo de Bellas Artes de Caracas (2007); el Museo de Arte Zapopan (Jalisco, México, 2006); el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla, 2006); y el Institut Valencià d’Art Modern (València, 1997). Su obra forma parte de la colección permanente expuesta en el Museo Reina Sofía (Madrid).

Beatriz Herráez

 
 
VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 3.