Ilha

Ilha

  • 2006
  • Óleo sobre metacrilato pintado en el reverso
  • 42 x 60 cm
  • Cat. P_745
  • Adquirida en 2007
Por:
Jorge Pallarés

Si bien Gil Heitor Cortesão comenzó a exponer algunos años antes, Ilha (2006) pertenece a una etapa muy temprana de su trabajo. Se trata de una época, como para la gran mayoría de los artistas, de experimentación, de búsqueda. En su caso, es una búsqueda tanto en el contenido como en la propia técnica de producción. Cortesão tiene una manera especial de encarar los trabajos. Su pintura se expande por la parte de la superficie del metacrilato, formando así, en la cara visible, una composición reconocible para el espectador, pero que en su génesis es justo como en un espejo, como si la imagen hubiera llegado allí desde la parte trasera, como sucede en este caso. Es una práctica propia del artista que, sin duda, aporta un carácter especial a su trabajo.

Su obra se entronca con los inicios del arte moderno, con la configuración de la metrópoli, que desplaza la mirada de los artistas hacia la naturaleza como nuevo referente, dejando atrás lo divino. Es por ello que se repiten temas como la arquitectura, el urbanismo, las ruinas, las piscinas, la ciudad, el interiorismo y la decoración. La piscina está muy presente en esta pintura y en ella es inmediata la referencia a David Hockney. Como indica Leonor Nazaré, la piscina puede ser entendida como espacio de placer, de ocio, y está asociada a la buena vida; sin embrago, también se puede entender como un lugar perturbador, intrigante, anfitrión de numerosas escenas cinematográficas de suspense.

En Ilha se muestra un grupo de bañistas concentrados alrededor de lo que se intuye como un trozo de tierra sobre el mar. Es una representación alegórica, dado que la imagen requiere de una interpretación. Esa ambigüedad se refleja considerablemente a lo largo de su producción artística, en la que se dan escenas cargadas de misterio e intriga, que guardan diferentes interpretaciones, destacando como lugar común la posición del ser humano como modelador del mundo que habita.

También dentro de las numerosas influencias que recibe su trabajo, la referencia de la naturaleza remite a la primera etapa de Le Corbusier, en especial a su concepción decorativista del paisaje, idea que más tarde abandonó hacia un urbanismo más pegado al futurismo y alejado de las ideas románticas. En el trabajo de Cortesão, esa explosión de color, de belleza, se encierra, se domestica, en espacios burgueses, en los que el hombre controla a lo salvaje, lo somete. En este caso, la ciudad, como otro de sus grandes temas, nos aborda, imponiéndose ante el espectador, como un gigante contenedor de estructuras sin alma que ha perdido toda relación con lo ajeno. Esta idea descansa en la definición que el mismo Le Corbusier hacía de la vivienda, como máquina para habitar (para vivir).

Jorge Pallarés

 
Por:
Beatriz Herráez
Gil Heitor Cortesão
Lisboa 1967

Estudió Bellas Artes en Lisboa en los años noventa y comenzó a exponer de manera temprana hasta la actualidad. Su producción se caracteriza por el empleo de una técnica que consiste en la aplicación de pintura sobre plexiglás, un sistema que le permite proyectar y construir sus imágenes «a la inversa». El crítico de arte Óscar Faria escribe en relación a este modo de proceder que «utilizar metacrilato, un material transparente, le sirve también para reforzar la dimensión líquida que emerge de sus trabajos». A lo que es posible añadir que es, justamente, esa calidad atmosférica —en la que se difuminan los límites materiales pero también del espacio y el tiempo en el que se localizan las imágenes— la que confiere a estas pinturas su capacidad para provocar un efecto de extrañamiento y de melancolía en el espectador. Un efecto que incomoda y produce desasosiego, reforzado por la temática recurrente de sus imágenes; una colección de interiores y exteriores que remite a la arquitectura de las décadas de 1960 y 1970 y a espacios naturales. Lugares desprovistos, casi por completo, de la presencia humana, en los que cuando aparece su rastro, lo hace en forma de figura solitaria o como un grupo de sujetos donde nadie puede ser identificado.

La obra de Gil Heitor Cortesão ha sido objeto de numerosas exposiciones en galerías localizadas en París, Lisboa, Dubai y São Paulo. Asimismo, su trabajo ha formado parte de exposiciones en instituciones como el CentroCentro Cibeles (Madrid, 2014); el Centro de Arte Alcobendas (Madrid, 2014); la Fundação Serralves (Oporto, Portugal, 2016); el Musée d’art moderne Grand-Duc Jean (Luxemburgo, 2007); y la Fundação Calouste Gulbenkian (Lisboa, 2004 y 2016).

Beatriz Herráez

 
 
VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 2.