How Is the Air Up There?

How Is the Air Up There?

  • 2018
  • Fotografía color, impresión giclée sobre papel libre de ácidos. Photo Rag Baryta
  • 83,5 x 59 cm
  • Edición Ed 5 + 1
  • Cat. F_221
  • Adquirida en 2019
Por:
Álvaro de los Ángeles

El arte y el activismo tienen en la visibilidad un frente común. Las imágenes son utilizadas como el estandarte de un acto solemne igual que la pancarta en una manifestación; la reflexión previa de lo circundante y el resultado formal de lo reflexionado; una herramienta materialista o un arquetipo variado y complejo de los conceptos cambiantes de lo bello. Y así, de este modo, también son consideradas las prácticas artísticas, posibilitadoras de la creación de imágenes e imaginarios. Aunque el debate a propósito del papel que le corresponde a la cultura dentro de la sociedad y la política pueda parecer reciente, este, como la novedad, «es viejo como el mundo». William Hogarth registró en su reconocido grabado The Battle of The Pictures (1744) un revoloteo de escenas pintadas que plasmaban lo divino y lo mundano, lo mitológico y lo tradicional, al modo de un enfrentamiento entre lo esparcido sobre el primer plano —un alegato de la individualidad libertaria— y lo alienado del fondo, como clara representación de la masa dirigida por una única idea. También en este grabado hay un estandarte y varias pancartas.

Así se comporta el arte político: como un estandarte algunas veces; como una pancarta casi siempre. El comisario italiano Marco Scotini ha dicho de Oliver Ressler que «es uno de los artistas de la nueva generación que operan en la “zona gris” que existe entre el arte y la política». Esa zona gris la plantea Ressler, sin embargo, como una restitución de la luz, un espacio que enfoca los detalles, iluminados de nuevo por la conciencia de una información destapada, desvelada. El artista lo ha hecho en un buen número de películas de estilo documental, bien producidas y en las que el rol principal lo tienen los verdaderos protagonistas, ya sea en Madrid, Atenas, Nueva York, Venezuela, Noruega o Alemania. Los testimonios y la indagación de los conflictos reflejan una intención real por llegar al fondo de las cuestiones, por expresarse con la voz de otros y otras, por dejar constancia de que el arte visual es un mecanismo para vigilar a los vigilantes y un argumento para superar las dicotomías banales sobre el papel del arte únicamente como representación y el de los museos, en exclusiva, como garantes de su validación histórica y económica. La zona gris pone en cuestión la política que realizan las grandes corporaciones, sobre todo las relacionadas con la extracción y gestión de recursos naturales, y la ausencia de políticas económicas y sociales valientes por parte de los Gobiernos, que con una facilidad pasmosa se rinden ante el poder económico globalizado.

En la serie de fotografías How Is The Air Up There? (¿Qué tal es el aire ahí arriba?), Ressler muestra desde el suelo, empleando objetivos de gran angular, varios conjuntos de árboles dentro de un bosque. En la parte central de estos y cerca de sus copas, se observan intervenciones, restos de materiales que indican una acampada. También una pancarta cuyo texto manuscrito dice «Dear RWE, Respect existence or Expect Resistance! Hambacher Forest». La frase no es solo una proclama, sino también un juego poético de palabras que relaciona la existencia con la resistencia y que recuerda algunas de las grandes frases utópicas esgrimidas desde Mayo del 68 hasta el 15M de 2011, como la icónica «Si no nos permitís soñar, no os dejaremos dormir». Se destacan cabañas en lo alto y una pasarela que comunica dos árboles. La ocupación del bosque de Hambach, cerca de Colonia, provocó una frontal resistencia ciudadana a la empresa carbonera RWE, encargada hasta 2045 de la explotación de una mina de lignito a cielo abierto, que preveía la tala de gran parte de esta zona forestal de 12.000 años de antigüedad. RWE se proponía hacerlo, además, en un momento de declive en la utilización del carbón como fuente de energía y en clara contradicción con las avanzadas leyes alemanas de preservación del medio ambiente y eficencia energética. Esta auténtica reserva natural estuvo ocupada varios años por un grupo de entre 100 y 200 personas. Las fotografías se tomaron en abril de 2018, y el 13 de septiembre de ese año, durante dos semanas, sin tregua, día y noche, cerca de 4.000 policías se dedicaron a destrozar las arquitecturas de resistencia generadas por los manifestantes. Derivado de estas acciones, un periodista de 27 años resultó muerto; se abrió un debate judicial que se resolvió el 5 de octubre, cuya sentencia obligó a la empresa a renunciar, al menos temporalmente, a la desocupación del bosque.

Esta serie refuerza conceptos como asociación y colectividad y los plantea como movimientos reales de agrupación solidaria, trasladando la idea de que son estos, y no otros elementos externos, los que mejor pueden defender lo común, pues son los conocedores de la historia y de la necesidad de preservación de los territorios cercanos en los que viven. Las imágenes distantes de Ressler podrían ser interpretadas como equidistantes, pero más bien representan un distanciamiento que plantea la cuestión en toda su magnitud, abriendo el plano. Parecen indicar, asimismo, que el artista es un mediador, un enlace, en este caso, entre los activistas, sus acciones reivindicativas y el público sensibilizado.

Álvaro de los Ángeles

 
Por:
Álvaro de los Ángeles
Oliver Ressler
Knittelfeld (Austria) 1970

Oliver Ressler realiza fotografías, películas documentales, videoarte, instalaciones…, con la voluntad de registrar y documentar ejemplos de resistencia social, política y medioambiental. Su ámbito de acción no se circunscribe a un lugar concreto, sino que se caracteriza precisamente por haber transitado sin límites ni fronteras por diferentes países de varios continentes. Su voluntad es hacer visibles luchas y denuncias ciudadanas, generalmente enfrentadas a decisiones institucionales, Gobiernos, Estados, empresas y holdings que priman sus intereses económicos por encima de los territoriales, medioambientales o de convivencia ciudadana. La intención del artista es dar voz, actuar de mediador, entre el conflicto social y el objetivo de sus demandas.

Sus proyectos emplean títulos directos, en ocasiones incluso extraídos de la teoría política, como Property is Theft o The Economy is wounded – Let it die!, ambos de 2016. Occupy, Resist, Produce (2014-2018) recogía las llamadas ocupaciones de plazas públicas y su desencadenamiento en políticas concretas y, en su mayoría, fallidas. La aportación innegable de Ressler es dar voz a los protagonistas; él se queda en un segundo plano, lo que obedece a su implicación en los asuntos que investiga; se sabe a sí mismo como no iniciado en cada uno de los conflictos existentes. En la serie How Is the Air Up There? (2018), a la que pertenecen estas cinco fotografías, el título juega con sentidos enfrentados: por un lado, la protección medioambiental; por otro, una suerte de saludo, que resulta ser un toque de atención a las autoridades, cuya intención era talar una parte del bosque milenario para construir autopistas.

Álvaro de los Ángeles