Oliver Ressler realiza fotografías, películas documentales, videoarte, instalaciones…, con la voluntad de registrar y documentar ejemplos de resistencia social, política y medioambiental. Su ámbito de acción no se circunscribe a un lugar concreto, sino que se caracteriza precisamente por haber transitado sin límites ni fronteras por diferentes países de varios continentes. Su voluntad es hacer visibles luchas y denuncias ciudadanas, generalmente enfrentadas a decisiones institucionales, Gobiernos, Estados, empresas y holdings que priman sus intereses económicos por encima de los territoriales, medioambientales o de convivencia ciudadana. La intención del artista es dar voz, actuar de mediador, entre el conflicto social y el objetivo de sus demandas.
Sus proyectos emplean títulos directos, en ocasiones incluso extraídos de la teoría política, como Property is Theft o The Economy is wounded – Let it die!, ambos de 2016. Occupy, Resist, Produce (2014-2018) recogía las llamadas ocupaciones de plazas públicas y su desencadenamiento en políticas concretas y, en su mayoría, fallidas. La aportación innegable de Ressler es dar voz a los protagonistas; él se queda en un segundo plano, lo que obedece a su implicación en los asuntos que investiga; se sabe a sí mismo como no iniciado en cada uno de los conflictos existentes. En la serie How Is the Air Up There? (2018), a la que pertenecen estas cinco fotografías, el título juega con sentidos enfrentados: por un lado, la protección medioambiental; por otro, una suerte de saludo, que resulta ser un toque de atención a las autoridades, cuya intención era talar una parte del bosque milenario para construir autopistas.
Oliver Ressler realiza fotografías, películas documentales, videoarte, instalaciones…, con la voluntad de registrar y documentar ejemplos de resistencia social, política y medioambiental. Su ámbito de acción no se circunscribe a un lugar concreto, sino que se caracteriza precisamente por haber transitado sin límites ni fronteras por diferentes países de varios continentes. Su voluntad es hacer visibles luchas y denuncias ciudadanas, generalmente enfrentadas a decisiones institucionales, Gobiernos, Estados, empresas y holdings que priman sus intereses económicos por encima de los territoriales, medioambientales o de convivencia ciudadana. La intención del artista es dar voz, actuar de mediador, entre el conflicto social y el objetivo de sus demandas.
Sus proyectos emplean títulos directos, en ocasiones incluso extraídos de la teoría política, como Property is Theft o The Economy is wounded – Let it die!, ambos de 2016. Occupy, Resist, Produce (2014-2018) recogía las llamadas ocupaciones de plazas públicas y su desencadenamiento en políticas concretas y, en su mayoría, fallidas. La aportación innegable de Ressler es dar voz a los protagonistas; él se queda en un segundo plano, lo que obedece a su implicación en los asuntos que investiga; se sabe a sí mismo como no iniciado en cada uno de los conflictos existentes. En la serie How Is the Air Up There? (2018), a la que pertenecen estas cinco fotografías, el título juega con sentidos enfrentados: por un lado, la protección medioambiental; por otro, una suerte de saludo, que resulta ser un toque de atención a las autoridades, cuya intención era talar una parte del bosque milenario para construir autopistas.