El Jol 87

El Jol 87

  • 1986
  • Óleo sobre fibra de vidrio y poliéster
  • 203 x 171 x 23 cm
  • Cat. E_143
  • Adquirida en 1993
Por:
Beatriz Espejo

A pesar de apostar en un inicio por la pintura, Andrés Nagel muestra una preferencia por la escultura, en la que experimenta con materiales de origen industrial. Su afán experimental lo lleva a trabajar con óleo, acrílico, hierro, cinc, latón, plomo, fibra de vidrio y poliéster, así como a reutilizar objetos como latas, cuerdas, tubos de neón y muebles. De entre todos sus collages en tres dimensiones, seguramente sea El jol 87 (1986) una de sus obras más paradigmáticas.

La escena representa un interior en penumbra. En primer plano, sobre una leve plataforma, se muestra una mesa redonda sobre la que se posan una lámpara y un loro de colores. Asimismo, un cigarrillo encendido trastoca los límites espacio-temporales. Tras la mesa hay otro flexo colgado de la pared iluminando un cuadro, un esquemático retrato con cara de asombro. Al lado, una ventana con una cortina a rayas deja ver la imagen de alguien leyendo el periódico que se refleja, a su vez, en el lateral izquierdo, como si fuera espejo. La escultura, hecha de poliéster y fibra de vidrio, funciona como una compleja instalación presa del misterio.

Su trabajo es una gran ironía sobre los distintos lenguajes y las imágenes dislocadas de nuestro entorno. Esta obra forma parte de un conjunto de esculturas que Nagel hace entre mediados de la década de 1980 hasta la de 1990, en la que ofrece una visión desconcertante, burlesca y hasta abiertamente absurda de la realidad. Muchas de estas obras recogen referencias contemporáneas procedentes del cine, el cómic, el cartelismo y la publicidad, pero también del arte antiguo. Aquí parece apostar por la sensación del momento, el riesgo de explicar la historia a tiempo real, en la que lo complejo puede llegar a ser muy simple.

Beatriz Espejo

 
Por:
Beatriz Espejo
Andrés Nagel
Donostia/San Sebastián 1947

Aunque se formó en el campo de la arquitectura, pronto se decantó por una línea de trabajo pluridisciplinar en la que se entremezclan las facetas de escultor, grabador, pintor y fotógrafo. En 1972 trabajó por primera vez el grabado en el Grupo 15 de Madrid y conoció a Eduardo Chillida, persona clave en su trayectoria. En esa época su trabajo entronca con el de otros artistas vascos en el campo de la figuración, como alternativa a las experiencias informalistas y abstractas, en sintonía con la nueva figuración que reivindicaba la imagen frente al formalismo anterior. En su producción se entremezclan muchas influencias que van del surrealismo al pop art pasando por el neoexpresionismo, con las que sintoniza tras sus múltiples viajes a Italia, Suiza y Alemania. Finalmente, se decantó por un arte figurativo, clave en la renovación estilística del arte vasco de los años sesenta. Andrés Nagel se caracteriza por la experimentación con técnicas muy diversas, lenguajes estéticos y materiales distintos. No es raro ver cómo trabaja con el plomo, la luz fluorescente, el poliéster y la fibra de vidrio al tiempo que realiza una tendente transgresión de formatos, uniendo escultura y pintura.

En 1976 participó en la exposición «New Spanish Painting», en la Hasting Gallery de Nueva York, iniciando una presencia en Estados Unidos que aumentará tiempo después. En 1985 expuso en una muestra colectiva procedente del Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid) en la Fundação Calouste Gulbenkian (Lisboa). En 1988 el Museo de Bellas Artes de Bilbao programó una exposición antológica de su obra gráfica, que se repitió en dicho museo en 1995. En 1991 realizó una muestra itinerante por México que incluía el Museo Rufino Tamayo (Ciudad de México). En 2003 finalizó una escultura en bronce de ocho metros de alto en Amorebieta (Bizkaia), y en 2006 la Sala Kubo del Kursaal (Donostia/San Sebastián) le dedicó una exposición de obra reciente. Tras esta muestra, Andrés Nagel anunció la decisión de retirarse.

Beatriz Espejo

 
 
VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 3.