Colección
Diario Vírico
- 2020
- Instalación: 48 dibujos. Lápiz de color, tinta, postal sobre papel
- 29,5 x 21 cm c/u
- Cat. D_420
- Adquirida en 2022
Inmaculada Salinas (Sevilla, 1967) trabaja habitualmente con formatos de papel estándar —A4 o A3— para componer grandes mosaicos o secuencias que habitualmente se completan con fotografías de procedencias diversas: captadas de la prensa; de un amplio archivo fotográfico creado por la artista mediante su adquisición; provenientes de la historia del arte o tomadas por ella misma, que se integran en estas composiciones mediante el dibujo, o físicamente a través del collage. Asimismo, muchos de estos collages incorporan dibujos realizados con lápiz de grafito, rotuladores y lápices de colores cuyas fuentes, surgidas en muchos casos de la propia historia del arte, agregan patrones sistematizados que alimentan esas complejidades existentes entre el arte y el trabajo productivo.
Diario vírico (2020) se presenta como una instalación compuesta por 48 dibujos, uno por día, correspondientes al período del 15 de marzo al 1 de mayo de 2020, que cubre las primeras 48 jornadas —de un total de 100— que duró el confinamiento por el COVID-19 en España, y que se vinculan con ese período inicial en el que no se permitía oficialmente salir para pasear. Cada uno de ellos va acompañado de una postal que muestra un entorno natural, de mar o montaña —«Cuando entro en crisis no me interesa lo mundano, sí la naturaleza», anota la artista—, y que dialoga con ese conjunto de lugares idílicos que en aquel instante se presentaban como un deseo frente a la imposibilidad. Si el trabajo de Inmaculada Salinas acostumbra a verse atravesado por una definición exhaustiva de las jornadas en que es realizado, Diario vírico supone además la memoria de un episodio histórico concreto, marcado por esa prohibición administrativa de salir a la calle que estableció el Gobierno español y que cada país afectado gestionó de manera distinta. De este modo, surge un patrón geométrico de veinticuatro triángulos —uno por cada hora del día— que convergen en un vértice central, y que juntos completan un rectángulo. Las gamas cromáticas vendrán definidas por la propia caja de lápices, que va eliminando un color por jornada e incorporando otro nuevo, diferenciando cada dibujo en alusión a lo irrepetible de esos días a los que aluden, además, las fechas anotadas en la parte inferior. A estas se añade el subtítulo «Besos, abrazos, caricias» que, según la artista, surge del texto Desobediencia, por tu culpa voy a sobrevivir, escrito y publicado en las primeras semanas de confinamiento por la activista boliviana María Galindo. Al mismo tiempo, señala como clave en esta decisión la idea de «hacer el amor a los días» que promulgaba el artista conceptual japonés On Kawara, con cuya práctica sostiene el trabajo de Inmaculada Salinas una histórica correspondencia.
La pieza fue incluida en la exposición colectiva Discurso de incertidumbres que presentó la galería 1 Mira Madrid entre el 10 de septiembre y el 14 de noviembre de 2020, que incluía trabajos de artistas vinculados a la galería, realizados durante el mismo período o con alusiones cronológicas y a períodos de productividad ociosa. El vínculo entre los tiempos del arte y el lugar que este ha ocupado históricamente frente a la improductividad capitalista encuentra en el Diario vírico de Inmaculada Salinas un trabajo que, además de hacer alusión a un acontecimiento ya histórico, se halla inscrito temporalmente en él, vinculando de manera simultánea su formalización con el hecho al que se refiere. Asimismo, el uso de las imágenes se relaciona con un ejercicio de resignificación que suele darse en este tipo de trabajos en los que Salinas echa mano del amplio archivo fotográfico que ha ido adquiriendo (postales, álbumes familiares, etc.) y que lo conecta con obras como Micorrelatos en rojo (2012), Trabajo I y Trabajo II (2017), u otras como Recuerdo de Sevilla (2014) o El Turia como ninot (2017), en las que indaga en el formato postal de maneras diversas. En el caso de Diario vírico nos encontramos un conjunto de vistas que, si descontextualizadas podrían suponerse como despojadas de intencionalidad política, elegidas en aquel instante cobraban un significado totalmente distinto. De ese mismo modo, la decisión de incorporar una inscripción como «besos, abrazos, caricias», añade la presencia de una mano que no solo ejecuta, sino que, por encima de todo, siente y se muestra.
Diario vírico está presente en la monografía que Inmaculada Salinas realizó en 2021, publicada por el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, en el marco de la exposición Memoria del presente, comisariada por Joaquín Vázquez en la Sala Atín Aya (2020).
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