Busto femenino

Busto femenino

  • 1886
  • Bronce
  • 90 x 40 x 40 cm
  • Cat. E_65
  • Adquirida en 1983
Por:
Isabel Tejeda

El escultor catalán Josep Reynés i Gurguí realizó este busto femenino a su vuelta a la ciudad condal tras formarse en París con el artista Jean-Baptiste Carpeaux. No se trata de un retrato, sino de una de tantas esculturas decorativas que se colocaban para el divertimento público y que tenían una función de carácter ornamental. Esta escultura, apoyada en peana de base cuadrada, como otras del mismo artista fechadas también a finales de siglo, presenta un cuerpo femenino de cintura hacia arriba, dejando los brazos en su arranque siguiendo la tradición del busto. El vestido de la mujer, con escote de volantes y ajustado a la cintura, se desliza por sus hombros dejando entrever el inicio de sus senos, lo que confiere a la pieza un aire pícaro y atrevido. Continúa dicha insolencia y frescura en la expresión de su rostro, ya que la muchacha sonríe abiertamente, dejando que se vean sus dientes, lo que tensa toda su cara: la razón viene de más arriba, ya que su peinado, recogido en moño, se remata por un tocado formado por un pequeño nido en el que parecen vivir dos aves. La pieza se enmarca dentro del academicismo realista imperante en la época: una obra perfectamente acabada en cada detalle y de claras influencias francesas.

Isabel Tejeda

 
Por:
Isabel Tejeda
Josep Reynés i Gurguí
Barcelona 1850 - Barcelona 1926

Formado en la Escuela de la Lonja con los hermanos Agapit y Venanci Vallmitjana, el escultor catalán Josep Reynés i Gurguí se trasladó en 1873 a París para continuar su aprendizaje. Allí trabajó en los estudios de Rossend Nobas, donde coincidió con Manuel Fuxà, y de Jean-Baptiste Carpeaux. Carpeaux estaba interesado en el arte Barroco, que había estudiado durante sus años en Roma, y enseñó su movimiento y expresión naturalista a Reynés que, de esta manera, suavizó el formalismo académico en su trabajo. Regresó a Barcelona en 1876 para dedicar gran parte de su producción a la obra monumental y a la decoración de interiores.

Su obra se caracteriza por la influencia francesa y por la atención a la anécdota y al decorativismo y, aunque no se puede calificar como modernista, sí presenta claras influencias de este estilo. Gaya Nuño consideraba que la vuelta a Barcelona y la necesidad de plegarse a mecenas más conservadores que los que había encontrado en París limitó mucho las posibilidades creativas de Reynés.

En 1890 obtuvo la Primera Medalla en la Exposición Nacional por su obra Violinista, escultura en la que Gaya Nuño apreciaba la influencia de Carpeaux y que Judit Subirachs considera estrictamente realista. Prácticamente todas sus obras se encuentran en Barcelona, entre las que destacan Roger de Llúria (1885); Cervantes (Biblioteca de Cataluña, 1885); Barcelona rep les nacions (Medalla de Plata en la Exposición Universal de 1888); Estatua ecuestre de María Cristina (1891); o Gerro amb nens (1893), obra muy popular de influencia rococó situada en el parque de la Ciutadella de la ciudad condal. Realizó también numerosos encargos de escultura funeraria para el cementerio de Montjuic.

Isabel Tejeda

 
 
VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 1.