Josep Reynés i Gurguí

Barcelona 1850 - Barcelona 1926

Por: Isabel Tejeda

Formado en la Escuela de la Lonja con los hermanos Agapit y Venanci Vallmitjana, el escultor catalán Josep Reynés i Gurguí se trasladó en 1873 a París para continuar su aprendizaje. Allí trabajó en los estudios de Rossend Nobas, donde coincidió con Manuel Fuxà, y de Jean-Baptiste Carpeaux. Carpeaux estaba interesado en el arte Barroco, que había estudiado durante sus años en Roma, y enseñó su movimiento y expresión naturalista a Reynés que, de esta manera, suavizó el formalismo académico en su trabajo. Regresó a Barcelona en 1876 para dedicar gran parte de su producción a la obra monumental y a la decoración de interiores.

Su obra se caracteriza por la influencia francesa y por la atención a la anécdota y al decorativismo y, aunque no se puede calificar como modernista, sí presenta claras influencias de este estilo. Gaya Nuño consideraba que la vuelta a Barcelona y la necesidad de plegarse a mecenas más conservadores que los que había encontrado en París limitó mucho las posibilidades creativas de Reynés.

En 1890 obtuvo la Primera Medalla en la Exposición Nacional por su obra Violinista, escultura en la que Gaya Nuño apreciaba la influencia de Carpeaux y que Judit Subirachs considera estrictamente realista. Prácticamente todas sus obras se encuentran en Barcelona, entre las que destacan Roger de Llúria (1885); Cervantes (Biblioteca de Cataluña, 1885); Barcelona rep les nacions (Medalla de Plata en la Exposición Universal de 1888); Estatua ecuestre de María Cristina (1891); o Gerro amb nens (1893), obra muy popular de influencia rococó situada en el parque de la Ciutadella de la ciudad condal. Realizó también numerosos encargos de escultura funeraria para el cementerio de Montjuic.