Colección
Banco Internacional de Tiempo Laboral (Serie primera)
- 2020
- 24 impresiones digitales sobre papel Guarro Torreón 90 grs.
- 29,9 x 21 cm c/u
- Cat. G_2820
- Adquirida en 2021
A finales de los años 70, en pleno proceso de transición política y con la mirada puesta en lo que estaba ocurriendo en el ámbito internacional, surgirán en España maneras diferentes de entender el arte y de relacionarse con su práctica a través de la eclosión de nuevos lenguajes. Formado en ese entorno, en la efervescencia de un panorama artístico radicado en Bilbao, Juan Luis Moraza fundó en 1979, junto con María Luisa Fernández, el Comité de Vigilancia Artística (CVA), un colectivo que operó hasta 1985, bajo unos intereses identificados con el minimalismo y el simbolismo, con resoluciones crípticas que ponían ya en cuestión los protocolos propios del arte y sus condiciones de presentación y recepción. Este hecho permite entender hoy la riqueza de referencias y sensibilidades que se daban en un contexto que, por aquellos años, sería institucionalmente uniformado bajo el denominador de la Nueva Escultura Vasca, una etiqueta cuya simplicidad ha sido permanentemente confrontada por estos mismos artistas.
Durante más de cuatro décadas, la carrera de Juan Luis Moraza ha asumido —más allá de la creación artística— espacios como la docencia, el comisariado o la escritura, surgidos de un vasto poso teórico y práctico, en el que confluyen referentes que van de la poesía y la filosofía a la práctica artística y teórica de movimientos como el arte conceptual y el minimalista; desembocando en un interés por muchas de las referencias de estos: la semiología, el estructuralismo, la antropología, el posestructuralismo o el psicoanálisis; algo que le despertó una profunda inclinación por el texto en relación con la obra, y una preocupación, más plástica que lingüística, por el lenguaje. Utilizando la escritura como medio complementario y las palabras como un material más que susceptible de ser cortado, pegado o deformado.
La serie Banco Internacional de Tiempo Laboral funciona como secuela de un conjunto de obras y reflexiones que Juan Luis Moraza ha desarrollado en los últimos años bajo la noción de «trabajo absoluto». Aplicada, según él, «indistintamente a cualquier aspecto de nuestra existencia: trabajamos las emociones, trabajamos nuestro cuerpo, nuestras relaciones, nuestras formas de descanso, trabajamos nuestra imagen y nuestro futuro». Banco Internacional de Tiempo Laboral (2020) se presenta como una edición de obra gráfica que indaga en la relación entre tiempo y dinero mediante la emisión de papel moneda trabajado a partir de billetes en circulación de diferentes países, a los que se les han eliminado sus valores monetarios para inscribirles valores de tiempo. De ese modo, su uso establecería pautas para efectuar transacciones inscritas en espacios temporales comprometidos a una práctica laboral, con valores que van desde un instante casi infinitesimal (0:001 segundos) hasta la duración entera de una vida humana (5 000 000 horas). Impresos en sus idiomas originales y echando mano de muchos de los patrones estilísticos que los definen, los billetes incorporan personajes históricos vinculados con la economía, la política o la cultura, y figuran a través de sus retratos o mediante su firma como tesoreros o administradores de esa entidad. Frente al aforismo «Time is money» que inauguró la cultura del capitalismo y que representa el intercambio de tiempo por dinero, este papel moneda presenta la frase «My money is your time» como lema que inaugura un modo de llevar la transacción a su origen.
Asimismo, el interés no exento de ironía por incorporar nuevos modelos de valor y presentarlos en estos formatos, es algo que Moraza había desarrollado en un trabajo anterior, L. E. C. O. I. N. —Letras de Cancelación de Obligaciones Internacionales— (2003), impreso en papel moneda y producido a partir de una estancia en Argentina sobre la base de la situación financiera que vivía el país tras el corralito impuesto por el gobierno en 2001. Esa fascinación por devolver toda unidad básica de medida a su estado anterior podría llevarnos hasta trabajos como el presentado en 1991 en la sala de juntas del Círculo de Bellas Artes (Madrid), dentro del proyecto El sueño imperativo, y que tomaba el primer metro patrón, grabado sobre platino e iridio, depositado en 1796 en los Archives de Paris y actualmente depositado en el Conservatoire National des Arts et Métiers; o a su icónico trabajo Arules (2013), en el cual un conjunto de reglas torsionadas pierden la naturaleza universal de ese compromiso patrón que representan, volviéndose éstas únicas e irrepetibles, debilitando así su función normalizadora.
Dentro de su naturaleza reproductible, Banco Internacional de Tiempo Laboral cobra forma en varios formatos cuya serie primera incluye una doble edición (1+1PA) del conjunto de 48 grabados al ácido sobre cobre, y la impresión por separado de cada uno de ellos en una edición de 3. Además, una carpeta (10+1PA) de 24 impresiones digitales correspondientes a la totalidad de los billetes —una de ellas en manos de la colección del Banco de España— y la impresión por separado de cada uno de ellos en una edición de 20. Hasta la fecha, la serie ha sido únicamente presentada al completo dentro de la exposición Tripalium que la galería Espacio Mínimo (Madrid) le dedicó a Juan Luis Moraza en 2023. En 2021, el editor Dan Benveniste estampó una edición de tres fotograbados que se insertan en el cuerpo de trabajo del Banco Internacional de Tiempo Laboral bajo el epígrafe de Emisión de Instantes.
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