Equipo Crónica (1965-1981) se sirvió de iconografías e imágenes de la historia del arte y la historia de España, que recontextualizaba haciéndolas coexistir con representaciones procedentes del arte popular y de los medios de masas. No olvidemos que Equipo Crónica, de hecho, había nacido de Estampa Popular valenciana. La utilización de estas iconografías se conectaba, no ya solo con el compromiso respecto a la cuestión de los medios de masas, el consumo y la difusión de estas imágenes convertidas en clichés de la cultura contemporánea, sino con los restos de una historia de España que el franquismo estaba utilizando como propaganda.
Para estos fines, Equipo Crónica se sirvió tanto de la obra bidimensional —pintura acrílica y gráfica— como de la escultura —fundamentalmente en cartón piedra y, más tarde, casi al final de la existencia del grupo, en fibra de vidrio—. Arte (1975), perteneciente a la serie Ver y hacer pintura (1975-1976), resume, a partir de toda una serie de elementos que juegan un papel metonímico, las distintas maneras de entender qué es el arte: una producción técnica, una historia del arte que se difunde en museos y centros de enseñanza, la generación de discursos plásticos y conceptuales específicos, etcétera. Para ello se apropia de un instrumento común en la producción plástica —un cartabón, común en obras de Giorgio de Chirico como Le maschere (1959)—, que hace flotar sobre una superficie blanca junto a uno de los medios entonces comunes para la enseñanza del arte en las aulas, una diapositiva de Las hilanderas de Velázquez, una línea de colores, un folio arrancado de una libreta de anillas con la palabra «arte» escrita y dos elementos más referidos a artistas fetiche de Equipo Crónica: una pipa perteneciente al cubismo sintético de Picasso —aunque podría también hacer referencia al Ceci n’est pas une pipe de Magritte—, las líneas paralelas de colores de James Rosenquist y, sobre los «Ben-Day dots» que se convirtieron en la marca de Roy Lichtenstein, su conocido brochazo. Con gran sentido del humor una orla de ecos conceptuales escribe «passe-partout» siguiendo el perímetro del cuadro, justo en el lugar donde debería colocarse la marialuisa que protege una obra.
De nuevo, otra obra de Velázquez sirve de modelo para las esculturas de Equipo Crónica, en este caso titulada Don Sebastián de Morra (1980); se trata de la pintura homónima del artista sevillano representando a uno de los bufones de la corte de Felipe IV que sufría de enanismo. Esta obra está hermanada con una serie de pequeñas esculturas realizadas en cartón-piedra y luego policromadas con acrílico, cada una de las cuales, de forma jocosa y casi como un divertimento, utilizaba referentes distintos para su decoración pictórica: ya fuera recordando la obra de Velázquez —como sucede con la pieza de la Colección Banco de España—, ya fuera con elementos procedentes de los Tres músicos de Picasso o de alguno de los artistas de cuyas imágenes Equipo Crónica se solía apropiar. La peculiaridad de esta pieza es que es de piedra policromada, una rareza dentro de la obra de Equipo Crónica. La Galerie Maeght realizó en 1982, ya fallecido Rafael Solbes, un múltiple de quince ejemplares en fibra de vidrio sobre esta misma serie, cada uno de los cuales era diferente en su policromía y diseño.
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