AMP 02
- 2004
- Pintura acrílica y cinta adhesiva sobre papel
- 151 x 119 cm
- Cat. D_325
- Adquirida en 2007
Desde los inicios, el trabajo de Pello Irazu se encuentra vinculado a la herencia formalista que Jorge Oteiza había establecido en el panorama escultórico vasco. Pero, a pesar de estas raíces constructivistas su producción toma caminos que diluyen el punto de partida y recurren al cuestionamiento espacial y conceptual de la obra en relación con la participación del espectador. Muestra de esta experimentación entre el espacio ocupado y el vaciado es su obra Nobody Told Me You Were Here (1992), en la que la pieza se construye, a base de contrachapado, pintura vinílica y acrílico, como un bloque con espacios intermedios eliminados y coloreados. La escultura es de ubicación baja y dimensiones comedidas; subvierte la lógica de magnificencia de la anterior escultura vasca y se presenta como una obra de carácter posminimalista, sello que Irazu irá manteniendo a lo largo de su producción artística.
Las obras AMP 01, AMP 02 y AMP 04 pertenecen a la serie Fragmentos (2004). Aunque se alejan del medio y soporte de trabajo habituales de Irazu —se trata de dibujos, compuestos a base de pintura y cinta adhesiva—, convocan el minimalismo formal de la escuela vasca a la vez que atienden a la coherencia de su producción. Los ángulos rectos potentes y los colores de carácter primario y sólido que aparecen junto a las dispersas líneas más gestuales establecen un continuo entre lo presente y lo exento, entre la obra objetual y el concepto tras el signo, tal y como ocurre en su pieza 330 (1999), en la que las suturas entre el azul y el negro permiten entrever líneas que parecen describir un código específico, únicamente perceptible para el autor. La obra gráfica de Irazu se comporta como un espéculo formal de sus esculturas —en las que es también recurrente la gama cromática empleada, así como el uso de la cinta adhesiva— y encierra la misma intención: atomizar la percepción del espectador en torno al proceso de creación y la relación entre espacio, obra y observador. El propio Irazu ha manifestado en varias ocasiones que el espacio es mucho más que el lugar que ocupan los objetos, lo que le permite reelaborar el sentido de sus piezas al reutilizarlas coyunturalmente en diferentes exposiciones.
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