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Miguel Ángel Campano: 'El Naufragio' [The Shipwreck, 1984] (detail) 

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ECONOMÍAS DE LO RESIDUAL: UNA TEORÍA DEL PAISAJE COMO PLIEGUE. Por Víctor del Río

El 25 de octubre de 1842, Karl Marx publicaba en la Gaceta Renana el artículo titulado «Los debates sobre la ley acerca del robo de leña», que forma parte de los primeros escritos publicados por el joven Marx en torno a los debates de la asamblea política regional prusiana.

La recogida de leña caída en los bosques de la cuenca del Rin había sido un derecho consuetudinario del que se beneficiaba la población rural más pobre, y que había sido respetado hasta entonces. Según la propuesta de ley de la Dieta renana, la asamblea en la que se discutían las propuestas para el establecimiento de las leyes locales, esta costumbre pasaría a considerarse como robo y sería susceptible de recibir penas consecuentes con la gravedad de ese delito. Marx desmenuza los discursos de la asamblea para mostrar el cinismo de los argumentos con los que se justificaba esta pretensión. En el texto se encuentran las trazas de aspectos significativos del desarrollo posterior de su teoría económica y política, pero en su especificidad, la crónica describe los mecanismos por los que los terratenientes tratan de fijar en leyes las formas de desposesión que supondrían, además de la abolición de derechos socialmente aceptados, la proscripción de la pobreza y la privatización de los recursos naturales.

Hoy parecería obvia la anticipación casi profética de esta crítica de Marx a juzgar por el desarrollo de los acontecimientos en un mundo globalizado. Pero en el episodio descrito en 1842, no solo se convocan problemas acuciantes que llegan hasta nuestros días; también se ofrece una imagen poderosa. Una imagen que adoptamos como eje alegórico de una nueva concepción de lo paisajístico asociada a esa relación con el territorio en diversas declinaciones y distancias que podrían reconocerse en algunas de las obras de la colección. Esa inclinación de los recolectores, el deambular y el escrutinio del lecho de los bosques, sirve aquí para hacer visible una forma de pliegue sobre el entorno, sobre el resto de lo natural como gesto de reaprovechamiento originario, pero también como signo de una dinámica por la que la generación de riqueza obliga a una economía secundaria de lo residual.

Esta dialéctica entre riqueza y residuo alude a la propia idea de paisaje como estructura colonial y como forma poética que altera las escalas asentadas en la tradición de Occidente. La relación de escalas en la cercanía con el territorio, la coreografía corporal del trabajo, la noción de pliegue, así como otras sugerencias derivadas de este enclave que recuperamos del joven Marx, podrían encontrar su eco en algunas de las poéticas del arte contemporáneo. Son, de hecho, en este itinerario, una lectura del estrato que reproduce algunos patrones de las prácticas artísticas actuales. Esta propuesta de recorrido por la colección del Banco de España sitúa el punto de vista sobre el desglose de esas figuras que, conceptual y simbólicamente, podemos intuir en una selección de obras que basculan entre la atención al detalle, las poéticas de lo frágil y las revisiones de los conceptos estéticos occidentales bajo nuevas condiciones de producción y enunciación. Son, todas ellas, nuevas declinaciones que transforman la noción de paisaje bajo una conciencia geopolítica.

Entre las premisas articuladas en el recorrido, por tanto, adoptamos la noción de pliegue como estructura consustancial a la idea misma de paisaje. Si el pliegue en la obra de Gilles Deleuze sobre el Barroco no es un límite entre dos planos, sino el movimiento que los aproxima y los hace coexistir sin fundirlos, el paisaje puede entenderse como una adherencia que se abre, una superficie en perpetuo estado de inflexión: una zona intermedia donde el territorio, la mirada y el cuerpo se doblan mutuamente. Así, la escala cenital de la vista desde un satélite meteorológico y la proximidad minuciosa de un fragmento de suelo no serían extremos remotos, sino modulaciones de un mismo campo perceptivo; son, al fin y al cabo, distintos grados de curvatura de la superficie sobre la que se inscribe la experiencia paisajística. De esa experiencia obtendremos también una voz, un hilo narrativo que es en parte una invitación natural de esa estructura.

El hecho mismo de que exista una colección de arte en el Banco de España es sintomático del doble curso del capital, que es patrimonial y simbólico al mismo tiempo. En su dimensión simbólica este capital es también necesario para la institución y para el sistema de garantías y la estructura de representación que ostenta como referente de una identidad nacional. Del mismo modo que se encarga el retrato de sus gobernadores para dejar testimonio de su período de mandato, la colección alberga otras representaciones que parecen desviar el foco de lo ilustre, que parecen fijarse en las narrativas de lo menor. Y es esta atención a lo residual la que resulta a su vez una forma excedentaria que da sentido estético y político a muchas de estas obras, y que globalmente sostiene una legitimidad del conjunto. Es quizá este nuevo pliegue simbólico, asociado al valor de las cosas, el que define este recorrido a partir de lo que las propias obras son capaces de decir con más elocuencia que las palabras con las que las arropamos.

 

Víctor del Río, doctor en filosofía y profesor de Teoría del Arte en la Universidad de Salamanca

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  • Economías de lo residual: una teoría del paisaje como pliegue. Por Víctor del Río
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Montaña y basura [Mountain and Rubbish]

Magdalena Correa

El destierro penitenciario de La Rinconada muestra el vínculo indisociable entre la búsqueda de la riqueza en estas minas de oro y la proliferación de la basura. Riqueza y residuo se acercan en una inexplicable complementariedad que no es solo paisaje, sino pliegue antropológico.

Mujeres

Magdalena Correa

Las figuras encorvadas son signos integrados en la estructura del paisaje. Son todas ellas espigadoras desde que Millet fijara el arquetipo iconográfico, no importa si buscan oro o leña caída como los campesinos de la cuenca del Rin, su estructura es un pliegue consustancial a la idea de paisaje.

Beneath the Surface I

Willie Doherty

Los secretos tienden a echar raíces, y las fosas clandestinas se cubren con ramas superpuestas, vivas o muertas, para crear la pantalla de ese laberinto que dibujan así. El secreto echa raíces y apunta a lo inquietante que entierra el paisaje.

Beneath the Surface II

Willie Doherty

Los secretos tienden a echar raíces, y las fosas clandestinas se cubren con ramas superpuestas, vivas o muertas, para crear la pantalla de ese laberinto que dibujan así. El secreto echa raíces y apunta a lo inquietante que entierra el paisaje.

Prontuario. Notas en torno a la Guerra y la Revolución. I Trafalgar [Handbook. Notes on War and Revolution. I Trafalgar]

Bleda and Rosa

De nuevo, la paz del horizonte esconde el trasfondo de hechos violentos sepultados por la tierra o por el agua. En la historia de la fotografía contemporánea es necesario considerar el hilo conductor de lo que los paisajes entierran.

Zur Photosynthese [Photosynthesising]

Jochen Lempert

Los eventos mínimos son decisivos como el enunciado enigmático y entrecortado de un haikú. La pérdida de las hojas de un árbol movido por el viento es también el origen de un universo residual que no podríamos desatender.

From serie 17 proposition P6

Joana Pimentel

El punto de vista del satélite es una posible demostración efectiva de lo específico del paisaje contemporáneo en relación con el pliegue. Y ello, no por ser antagonista de la perspectiva sobre lo mínimo o cercano; sino por hacer evidente que, según la concepción deleuziana, la rotación no se detiene.

Mar Abierto 12-13 horas [Open Sea: Phygital Experience]

Javier Nunez Gasco

Como el mar abierto, estas imágenes están en otro lugar y en otra temporalidad del pliegue ontológico del valor y, a pesar de su apariencia arbitraria, no pueden modificarse en su estructura digital. Son portales de acceso a nuevos activos financieros ajenos a la legitimación institucional.

Mar Abierto 15-16 horas [Open Sea: Phygital Experience]

Javier Nunez Gasco

Como el mar abierto, estas imágenes están en otro lugar y en otra temporalidad del pliegue ontológico del valor y, a pesar de su apariencia arbitraria, no pueden modificarse en su estructura digital. Son portales de acceso a nuevos activos financieros ajenos a la legitimación institucional.

Mar Abierto 13-14 horas [Open Sea: Phygital Experience]

Javier Nunez Gasco

Como el mar abierto, estas imágenes están en otro lugar y en otra temporalidad del pliegue ontológico del valor y, a pesar de su apariencia arbitraria, no pueden modificarse en su estructura digital. Son portales de acceso a nuevos activos financieros ajenos a la legitimación institucional.

Mar Abierto 14-15 horas [Open Sea: Phygital Experience]

Javier Nunez Gasco

Como el mar abierto, estas imágenes están en otro lugar y en otra temporalidad del pliegue ontológico del valor y, a pesar de su apariencia arbitraria, no pueden modificarse en su estructura digital. Son portales de acceso a nuevos activos financieros ajenos a la legitimación institucional.

Painting #24

Pieter Vermeersch

Una secuencia que describe la gradación del color es también una forma de representar el tiempo, y una narrativa del paisaje. Es también una forma de representar la rotación perceptiva que combina la escala planetaria y la visión subjetiva.

Washing Away Time

Mireya Masó

Dos momentos integrados en uno, una secuencia binaria y un evento de restitución del que somos testigos por el mínimo desplazamiento del ángulo. Es una forma de reintegración simbólica de lo residual, de un resto, un tronco truncado, que también es depositario de una memoria.

Comienzo del otoño en el bosque [Autumn Starts in the Forest]

Alfredo Alcain

En el arco de posibilidades de cercanía o alejamiento que experimentamos en esa conciencia paisajística, la manipulación casi lúdica de la materia orgánica procesada, la madera y el montaje minucioso de sus fragmentos, para simular el residuo del bosque, parecen un homenaje digno.

Paisagem [Landscape]

Adrianne Gallinari

La representación de los territorios imaginarios necesita de la verosimilitud de los pliegues. Un dibujo en esta maraña sirve para recrear el eco de los mapas como contendores de signos habitables.

La voz humana [The Human Voice]

Iñigo Royo

La narrativa del paisaje aquí consiste en un juego de instrucciones que sirve a una historia autorreferencial. Un relato muy definido, sin duda, y totalmente secuencial: «primero hacemos esto, luego lo otro…». Es un cuento minúsculo, pero autosuficiente desde el punto de vista narratológico.

O percurso [The Path]

Vasco Araújo

La voz testimonial constata el paisaje como los pasos que lo recorren, es una vía superpuesta al propio deambular de la mirada, es la necesidad de verbalizar lo yermo o lo inhóspito.

Carnac, 1 de agosto, 2008. Lección de historia [Carnac, 1 August, 2008. History Lesson]

Jorge Ribalta

Del mismo modo en que verbalizamos lo inhóspito, recreamos la historia como momento de oralidad, como relato que acompaña el paseo por las ruinas o los vestigios arqueológicos. Lo documental funda una narratividad específica del paisaje.

Petit Grand Tour (Serie) [Petit Grand Tour (Series)]

Jorge Ribalta

Y esa narratividad está basada en su propio potencial arqueológico. En el hecho de que todo documento es un resto, una forma de retrospectiva, al mismo tiempo fenomenológica e ideológica.

Yuste I

Axel Hütte

Todos los bosques son un mismo bosque, su única identidad es la memoria que les atribuimos. En las fotografías de Hütte regresamos al paraje en el que la memoria de los reyes dejó su estrato mudo, ahora transfigurado en niebla y en relato.

Yuste II (Niebla) [Yuste II (Fog)]

Axel Hütte

La niebla es la materia de esa memoria. Esta imagen podría haber sido tomada en un mes de septiembre, como el de 1558 en el que muere Carlos V en el Monasterio de Yuste.

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