Tríptico
- 1979
- Acrilico sobre táblex (Tríptico)
- 45 x 195 x 3,3 cm
- Cat. P_285
- Adquirida en 1982
«Deseo que las formas sean simples y claras, que se retengan con facilidad. Deben aparecer después de eliminar lo accidental, poseer las propiedades de un esquema y el valor de lo arquetípico». Esta es una de las declaraciones de intenciones de Guillermo Lledó, artista entregado a la pintura de carácter hiperrealista y de temática urbana hasta 1976, momento en que transforma su trabajo dirigiéndolo hacia preocupaciones de carácter objetual que lo alejan progresivamente de la pintura-pintura para aproximarlo a las nuevas estrategias conceptuales de la escultura. De ese itinerario, peculiar dentro del arte español, surgen obras que tienen un cierto aliento povera, como este Tríptico (1979) en el que el pigmento desvela una oxidación, como si el material hubiera sido intencionalmente envejecido, para sugerir ese paso de un realismo urbano intencionalmente sucio al objeto literal. Según afirma Mariano Navarro a propósito de ese salto de Lledó entre pintura y escultura: «Tanto en sus obras pintadas como en sus esculturas aparecen con frecuencia puertas, tapaderas de alcantarillado, bocas de riego, mallas, etcétera, pues una de las principales características de su ideario estético es, precisamente, la indistinción entre ambas prácticas. Desde finales de los años setenta, Lledó se inclina por un tipo de minimalismo que no olvida las enseñanzas del constructivismo, al que aporta su sensibilidad para los materiales y su capacidad de contención y austeridad. De este artista se ha dicho, con acierto, que hace del material concepto de la obra».
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