Reloj de pared

Reloj de pared

  • c. 1930
  • Madera de nogal, bronce, metal, cristal, latón. Tallado, dorado, plateado, esmaltado, fundido
  • 58 x 33 x 16 cm
  • Cat. R_24
  • Observaciones: Escuela alemana
Por:
Amelia Aranda Huete

La caja de este reloj de pared de perfil rectangular está rematada por la parte superior en un semicírculo. En el frente, puerta de madera con cristal que permite apreciar la esfera del reloj y la protege. En la parte baja, ventana ovalada con cristal para observar el movimiento del péndulo.

La esfera es una placa metálica plateada enmarcada en moldura dorada. Las cifras horarias ante meridiem (1 al 12) y post meridiem (13 al 24) en números árabes policromados en negro, estos últimos de menor tamaño. Agujas de latón pavonado rematadas en rombos. Dos bocallaves. En la parte superior del cañón de las agujas, marca de la casa Junghans: estrella de ocho puntas que encierra, esmaltadas en negro, una «J» en mayúsculas y «UNGHANS» alrededor en letras más pequeñas. Sistema de suspensión de la máquina.

Máquina alemana Junghans. Péndulo de lenteja de latón pulido y tija de madera. Sonería por sistema de gong. Placa de bronce dorado para medir el balanceo del péndulo. Llave para dar cuerda.

El 14 de abril de 1861, Erhard Junghans se asoció con su cuñado Jakob Zeller-Tobler y fundaron la fábrica de componentes para relojes Zeller und Junghans, en la pequeña localidad de Schramberg, en Baden-Württemberg (Selva Negra). La compañía comenzó fabricando componentes para relojes grandes de los denominados Selva Negra, cajas de madera, placas de bronce, manecillas, bisagras, puertas de cristal y péndulos. A partir de 1866, varios maestros relojeros diseñaron y construyeron los primeros relojes Junghans. Pronto estas máquinas fueron sinónimo de perfección y precisión.

En 1888 se utilizó por primera vez una marca que representaba una estrella de cinco puntas con la letra J en el centro. Dos años más tarde, en 1890, la marca se registró y la estrella se amplió a ocho puntas aludiendo a la forma de un piñón estilizado. Se añadió además a la inicial el resto del nombre de la marca. Para entonces la firma ya había patentado y desarrollado muchos mecanismos de gran precisión.

En 1903 se convirtió en la fábrica de relojes más grande del mundo. Su producción siempre ha sido muy fecunda, incluso durante las dos guerras mundiales, y se conservan muchos de sus modelos en varios museos de Europa y América. Desde 1927 la compañía comenzó a producir relojes de pulsera.

Amelia Aranda Huete

 
Por:
Amelia Aranda Huete
Junghans Uhren GmbH, fábrica de relojes
Schramberg (Baden-Württemberg) 1861

La historia de esta casa relojera comenzó en 1861 en la Selva Negra, Alemania. El 14 de abril, Erhard Junghans, en asociación con su cuñado Jakob Zeller-Tobler, fundaron la fábrica de componentes para relojes Zeller und Junghans, en la pequeña localidad de Schramberg, en Baden-Württemberg.

La compañía comenzó fabricando piezas por separado, es decir, componentes para relojes grandes de los denominados «Selva Negra»: cajas de madera, placas de bronce, manecillas, bisagras, puertas de cristal y péndulos. A partir de 1866, varios maestros relojeros diseñaron y construyeron los primeros relojes Junghans. Pronto estas máquinas fueron sinónimo de perfección y precisión.

En 1888, se utilizó por primera vez una marca que representaba una estrella de cinco puntas con la letra J en el centro. Dos años más tarde, en 1890, la marca se registró, y la estrella se amplió a ocho puntas aludiendo a la forma de un piñón estilizado. Se añadió además a la inicial el resto del nombre de la marca. Para entonces la firma ya había patentado y desarrollado muchos mecanismos de gran precisión.

En 1903 se convirtió en la fábrica de relojes más grande del mundo: tenía 3000 trabajadores y vendía tres millones de relojes al año. Los años 30 del siglo XX fueron muy importantes porque alcanzaron niveles muy altos de calidad. Los relojes eran accesibles para todo el mundo y lograron una gran popularidad mundial. En esta época se fabricaron los primeros modelos de la legendaria línea Meister, que estaban considerados los relojes más elegantes de la casa.

Los años 50 también ocupan un lugar importante en la larga historia de la empresa: en esta época, Junghans se convirtió en el mayor fabricante de cronómetros de Alemania. En 1961, Uhrenfabriken Gebrüder Junghans A.G. sentó nuevas bases en la producción de relojes. La fábrica continúa abierta en su primer emplazamiento. Por su parte, Paul Landsberger fundó en Wurttemberg, Alemania, en 1883, la marca Hamburg-Amerikanische Uhrenfabrik (H.A.U.) —cuyo emblema son dos flechas en aspa—, en colaboración con la empresa Junghans.

Landsberger se casó el 27 de agosto de 1872 con Frida Junghans, la hija del fundador, Erhard Junghans. Para superar los problemas económicos, se asoció con Junghans.

La producción de la fábrica Junghans siempre ha sido muy fecunda, incluso durante las dos guerras mundiales, y se conservan muchos de sus modelos en varios museos de Europa y América. En 1927, la compañía Junghans comenzó a producir relojes de pulsera.

Amelia Aranda Huete