La firma Kienzle es una de las compañías relojeras más antiguas de Alemania. Jakob Kienzle, tras unos años de aprendizaje en el taller de un relojero, comenzó a trabajar para Johannes Schlenker, célebre relojero de Schwenningen (Alemania).
En 1883, Kienzle contrajo matrimonio con la hija de Schlenker y se hizo cargo del negocio junto con su cuñado, Karl- Johannes Schlenker. La empresa pasó a llamarse Schlenker-Kienzle.
En 1897, Jakob Kienzle se convirtió en el único propietario de la empresa, que adoptó únicamente el nombre de Kienzle.
En 1899 la fábrica llegó a elaborar alrededor de 162 000 relojes al año. Se modernizó y se extendió por Europa, abriendo sucursales en Londres, Milán y París.
Gracias a la calidad y a las innovaciones técnicas, los relojes Kienzle se distribuyeron por todo el mundo. En los años 60 y 70 del siglo XX, la firma se convirtió en la empresa líder del sector en Alemania. En 1996, entró en bancarrota y fue adquirida por un grupo empresarial de Hong Kong. Sin embargo, en el año 2002 la compañía regresó a Alemania como Kienzle AG.
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