José Luis Núñez de la Peña
- 1983
- Relieve en bronce patinado
- 49,5 x 42 x 3 cm
- Cat. E_55
- Encargo al autor en 1983
La escultora Consuelo de la Cuadra González-Meneses llevó a cabo en 1983 el encargo de realizar un bajo relieve en bronce con la efigie de un trabajador relevante del Banco de España, José Luis Núñez de la Peña, un funcionario que ingresó en la institución tras la Guerra Civil en 1942 y que llegó a ser nombrado subdirector general en 1973. Se da la circunstancia de que el encargo se produjo al poco tiempo de fallecido don José Luis.
Dos textos en la parte superior e inferior de la placa que alberga la efigie dan fe de a quién se representa y por qué. Para ello se sigue una fórmula clásica: las inscripciones, al tiempo que describen, orlan al retratado siguiendo la tradición de la medallística. «Don José Luis Núñez de la Peña 1920-1982», dice la leyenda de la parte superior, mientras que en la inferior se da cuenta del sincero agradecimiento y homenaje que le rinde la centenaria entidad: «El Banco de España en recuerdo de sus servicios». La decisión de que la pieza sea de medio formato y casi cuadrada parece indicar que se hubiera diseñado y pensado para ser integrada en un muro, y que la arquitectura del propio edificio financiero fuera finalmente el soporte que enmarcara el relieve. La elección de la escultora y profesora de la Universidad Complutense de Madrid para producir este bajo relieve se debe a su amplio conocimiento técnico de la numismática, ya que Consuelo de la Cuadra ha llevado a cabo diferentes encargos de ediciones de medallas para distintas instituciones públicas y privadas.
La obra tiene dos partes que se conectan: en primer término un bodegón y en segundo plano un retrato. El subdirector del Banco aparece representado trabajando en su oficina de la entidad, sentado tras su escritorio, con gafas y vestido con traje de chaqueta y corbata. Los atributos que de forma tradicional le acompañan y que conforman el bodegón son útiles de trabajo modernos, un teléfono analógico que asoma en la parte izquierda de la obra y, sobre la mesa, un informe abierto que Núñez de la Peña parece estar revisando cuando le sorprende nuestra visita. La mesa situada en primer término es, de hecho, un recurso que desde el Barroco sirve como elemento para conectar el espacio de lo contingente con el de la representación al situarse en el límite entre la efigie del retratado y los espectadores. Pensemos, por ejemplo, en el Cesto con frutas de Caravaggio, en el que el pintor italiano coloca el cesto ostensiblemente al borde de un alféizar, una cornisa o una mesa para dar sensación tanto de instantaneidad como de tiempo suspendido.
La escultora decide representar al subdirector en el preciso momento en el que ha abandonado por un instante el trabajo para mirar hacia el espectador mientras sonríe suavemente. Puede ser que esté a punto de saludar a alguien que entra en su despacho, a nosotros mismos o a la propia escultora. Otros accesorios le sirven a Consuelo de la Cuadra para generar un bodegón contemporáneo, elementos de escribanía que incluye con un cierto escorzo escasamente forzado para poder ofrecer la suficiente sensación de profundidad teniendo en cuenta que la autora se va a servir de la disciplina clásica del bajo relieve; así, encontramos en primer término un cenicero vacío, un portalápices donde parecen haberse depositado bolígrafos y plumas, un portaplumas vacío y un calendario de escritorio de bloque, de los que se pasaban con anillas hoja a hoja, día a día. La suave pátina marrón con la que se ha rematado esta placa de bronce ayuda a acentuar la sensación de profundidad al generar delicados juegos de luces y sombras.
Subdirector General del Banco de España 1973 - 1982
Profesor mercantil y censor jurado de cuentas, completó su formación como autodidacta a lo largo de toda su vida, particularmente en su juventud ante las dificultades de todo tipo experimentadas por su condición de huérfano de guerra. Era considerado un excelente contable así como un profundo conocedor del sistema financiero y del derecho mercantil, particularmente del derecho bancario.
Ingresó en el Banco de España en 1942, incorporándose a la sucursal de Badajoz en la que permaneció, salvo un breve período en la de Huelva, hasta que en 1963 fue reclamado para prestar sus servicios en Madrid. Tras las reformas emprendidas por el Banco a raíz del Real Decreto 18/1962 de nacionalización y reorganización del Banco de España en el que, entre otras, se le asignaron las funciones de disciplina y control de la banca privada; en 1970 fue nombrado jefe de la Oficina de Inspección de la Banca Privada hasta que en 1973, al ser nombrado subdirector general, quedaron bajo su responsabilidad las tres oficinas encargadas de la inspección.
Como subdirector general, y hasta su fallecimiento en 1982, afrontó unos años muy difíciles, en plena transición política, en un entorno económico que no ayudaba y un sector bancario en expansión, en el que, en ausencia de un marco legal adecuado, la creación de bancos y su control dificultaba enormemente la labor supervisora del Banco de España al carecer de las herramientas necesarias. Estas circunstancias, explican, aunque sea parcialmente, el desencadenamiento de la crisis bancaria durante la cual se tomaron una serie de medidas, tras promover la base legal necesaria ante las autoridades financieras competentes.
Fue el impulsor de muchas de estas medidas y artífice de gran parte de las circulares dirigidas a las entidades de crédito. Entre ellas, las apodadas «pastorales» en el entorno financiero por su envergadura e innovación, al constituir la primera norma contable de carácter prudencial orientada al saneamiento de la banca. En representación del Banco, fue miembro de la Corporación Bancaria, S. A. creada para la administración y saneamiento de los bancos en crisis así como de la Comisión Gestora del Fondo de Garantía en Establecimientos Bancarios.
Trabajador infatigable que, en palabras del gobernador José Ramón Álvarez-Rendueles pronunciadas en Consejo Ejecutivo, «dedicó su vida íntegramente al servicio del Banco, ejemplo de seriedad y rigor profesional y de desvelo en el cumplimiento de cuantas labores le fueron encomendadas». En su memoria y en reconocimiento a su labor, se crearon las Becas de Investigación José Luis Núñez de la Peña sobre temas de Economía, Derecho y Contabilidad de Entidades de Depósito (Acuerdo del Consejo Ejecutivo de 13 de abril de 1982) y fue encargado el relieve en bronce a propósito del cual se elabora esta nota.
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