Jarrón de la manufactura Carl Thieme de Potschappel, Dresde

Jarrón de la manufactura Carl Thieme de Potschappel, Dresde

  • c. 1890
  • Porcelana modelada y pintada
  • 145 x 50 x 41 cm
  • Cat. O_6
  • Adquirida en 1979
  • Observaciones: posible atribución a Karl August Kuntsch
Por:
Félix García Díez

Este gran vaso en forma de ánfora presenta toda una gama de elementos decorativos propios de la porcelana sajona: grupos escultóricos, flores y frutos en relieve, elementos modelados en las asas y pinturas en las superficies con escenas narrativas y con flores. 

Respecto a los elementos modelados, encontramos en primer lugar un grupo escultórico con las figuras de Marte y Minerva en la parte superior de la tapa. A sus pies, una guirnalda de pequeñas flores enmarca una escena pintada. En el hombro del cuerpo hallamos un segundo grupo con alegorías de las estaciones, con la Primavera y el Verano con dos figuras femeninas, una con una cesta de flores y la otra con unas espigas. Entre ellas, una corona apoyada en un cojín sobre la que sueltan flores. Las asas en forma de acanto arrancan en el cuerpo desde dos máscaras que podríamos interpretar como el rostro de Mirra. Desde el cuello a la base del cuerpo, una guirnalda de grandes flores y frutos sirve de marco a la escena principal pintada. En el pie volvemos a encontrar a la derecha la misma figura repetida de la Primavera con una canastilla de flores, que también podríamos interpretar como Flora, y un Eros o Cupido en el lado izquierdo. Entre ambos, otra guirnalda de flores y frutos enmarca otra escena pintada. En la base octogonal, de nuevo una guirnalda con flores y frutos modelados en relieve divide cada una de las ocho caras, sirviendo de marco a varias pinturas.

Las partes pintadas se dividen entre la cara frontal, que presenta diversas escenas de tema mitológico en las distintas partes de la pieza, y la trasera, en la que se distribuyen varios ramilletes florales.

Las escenas pintadas en el frente están basadas en pinturas mitológicas de Angélica Kauffmann. La escena principal pintada en la panza del vaso es la historia de Servio Tulio. El futuro rey de Roma es el niño que aparece dormido con unas llamas surgiendo de su cabeza. Una mujer intenta apagarlas con un cuenco de agua, mientras un hombre alza sus manos para impedírselo. En la tapa del vaso, una representación de Cupido atado a un árbol por las Tres Gracias, Aglaya, Talía y Eufrósine, tomado también de la obra de Kauffmann Etiam amor criminibus plectitur. En el cuello del vaso vuelan dos amorcillos que portan una corona vegetal en la mano. En el pie, una escena pintada de la obra El espejo de Venus, también de la misma pintora, con Venus atendida por las ninfas en compañía de Cupido. Más referencias al amor encontramos en el pedestal octogonal, donde se presentan tres escenas: la historia de Rinaldo y Armida, escena inspirada en la obra literaria La Jerusalén libertada de Torcuato Tasso situada a la izquierda, Júpiter disfrazado como Diana a punto de seducir a la ninfa Calisto a la derecha y, en el centro, Helena presentada por Venus a Paris.

En la trasera encontramos pequeños ramilletes florales pintados en la tapa, el cuello, el pie y en los paneles traseros de la base octogonal. En el cuerpo del vaso un gran ramillete ocupa toda la superficie central con rosas de Francia, madreselvas, tulipanes y primaveras, entre otras flores.

La rica paleta utilizada con colores rosas, naranjas, azules, verdes, turquesas y el uso del oro recuerdan modelos rococó, muy frecuentes en todo el siglo XIX en las factorías de porcelana sajonas que repitieron fórmulas decorativas que ya habían triunfado en Meissen en el siglo anterior, combinando a veces elementos de distintos periodos. Es el caso de esta pieza, donde encontramos grupos escultóricos o flores y frutos en grandes guirnaldas en relieve, escenas mitológicas y ramilletes de flores pintados de gusto rococó junto a elementos más clásicos, como la cenefa de roleos pintada en oro y la de palmetas en relieve en color rosa y turquesa de la parte inferior del cuerpo. 

Las pinturas mitológicas de Kauffmann tuvieron una enorme difusión en su tiempo gracias a las estampas que de las mismas editaron Thomas Kirk, Francesco Bartolozzi, William Wynne Ryland o Thomas Burke. Sus obras se utilizaron en varias factorías europeas de porcelana, como las de Meissen o Viena a lo largo del siglo XIX y XX.

La marca de una T y una X en azul bajo cubierta en la base de este vaso nos indica que se trata de una pieza procedente de la factoría de Carl Thieme de Potschappel (Dresde). Esa marca se utilizó en la fábrica entre 1888 y 1901, coincidiendo con la etapa en la que la dirección de la misma estuvo en manos de Karl August Kuntsch, yerno del fundador de la fábrica. Kuntsch fue un reconocido modelista y pintor y es probablemente a él a quien se podría atribuir esta obra. Su obra escultórica recuerda algunas de las composiciones de grupos escultóricos del siglo XVIII de Johann Joachim Kaendler. También sus pinturas destacan por el cuidado trazado de su dibujo y la rica combinación de color.

El pedestal en madera tallada y dorada en el que se apoya contribuye a realzar aún más la ya imponente presencia de este vaso.

Félix García Díez

 

Actualmente sin biografía

«Flores y frutos. Colección Banco de España», Banco de España (Madrid, 2022-2023).
U. Geissler Décor sur porcelaine. Les motifs de Meissen, París, 1993. T. Tuchscherer Verrückt nach Angelika. Porzellan und anderes Kunsthandwerk nach Angelika Kauffmann, Düsseldorf, Ausst. Kat., Hetjens-Museum, 1998. VV. AA. Flores y frutos. Colección Banco de España, Madrid, Banco de España, 2022.