Francisco de Cárdenas

Francisco de Cárdenas

  • 1891
  • Óleo sobre lienzo
  • 125,2 x 100,5 cm
  • Cat. P_223
  • Encargo al autor en 1891
Por:
Javier Portús

Manuel Ojeda y Siles fue uno de los más prolíficos autores de retratos para la galería de gobernadores. A él se deben cinco efigies, que se fechan en las dos últimas décadas de siglo y en todas las cuales procuró ofrecer una variante respecto a las demás, ya sea en lo que se refiere a la pose y composición o a la indumentaria. Dos de sus retratos representan a sucesivos gobernadores. Pero mientras que Juan Francisco Camacho viste el vistoso traje oficial y se apoya en una mesa con libros, Francisco de Cárdenas sigue una alternativa más sobria y escueta, pues carece de mesa, es él quien sostiene un libro, y lleva un traje oscuro que, si bien deja ver dos cadenas de oro, resulta comparativamente mucho más sobrio.

Javier Portús

 
Por:
Julián Gállego Serrano, María José Alonso
Manuel Ojeda y Siles
Sevilla 1835 - Sevilla 1904

Fue discípulo de Antonio María Esquivel. Participó en las exposiciones nacionales de Bellas Artes, presentando algunos temas costumbristas y de historia, aunque alcanzó su mayor éxito con retratos de los personajes célebres de la época. Obtuvo mención honorífica en 1860 por dos cuadros con temas alusivos a la guerra de África.

 
Por:
Elena Serrano García
Francisco de Cárdenas y Espejo (Sevilla 1817 - Madrid 1898)
Gobernador del Banco de España 1884 - 1885

La figura de Francisco de Cárdenas queda perfectamente resumida en la descripción que le dedicó Cánovas: «Un hombre sin ambición, y apto para triunfar en todos los campos, como buen intelectual». Dotado de una gran inteligencia y una enorme capacidad de trabajo, pero carente de ambición política personal, su actividad asombra por su diversidad.

Estudió leyes en su ciudad natal y llegó a ser catedrático de Filosofía Moral, Lógica y Gramática. Tras licenciarse en Jurisprudencia comenzó su carrera en el campo del derecho, el centro de su actividad profesional a lo largo de toda su vida. Ejerció como abogado, pero su figura como jurista trasciende la práctica privada.

Como político, militó en el Partido Conservador. En sucesivos gobiernos ocupó cargos técnicos siempre relacionados con el derecho, como subsecretario del ministerio de Gobernación, director general de Ultramar, asesor del ministerio de Hacienda, vocal de la comisión de Codificación, director general del Registro, diputado por Daroca (1853 y 1857), vicepresidente del Congreso (1857-1958), senador vitalicio (1864-1898) y, finalmente, ministro de Gracia y Justicia (1874-1875). Fue también gobernador del Banco de España (1884-1885) y del Banco Hipotecario (1890), decano del Colegio de Abogados de Madrid (1890) y embajador ante la Santa Sede (1876-1881).

Desde todos estos puestos desarrolló una intensa actividad para modernizar el sistema legislativo español. Primero como miembro de la comisión de Codificación (desde 1851) y más tarde como diputado, senador y ministro de Gracia y Justicia participó en la redacción de leyes de enorme importancia en todos los ámbitos del derecho: las reformas de los códigos Penal y Civil, la Ley de Enjuiciamiento criminal, la Ley de Bases para la organización de los tribunales de casación, la reorganización de las cajas de ahorros, la reforma del Tribunal Supremo, la Ley de Supresión del fuero civil, el desarrollo de los registros de la propiedad y, sobre todo, la primera Ley Hipotecaria española (1861) junto a Claudio de Luzuriaga y Pedro Gómez de la Serna.

La lealtad a sus convicciones lo llevó a tomar decisiones difíciles, como su renuncia en 1875 al puesto de ministro de Gracia y Justicia en el Gobierno de Cánovas por discrepancias con el criterio para la introducción del sufragio universal o el exilio en París tras la Revolución de 1868.

Antes de su entrada en política fundó y dirigió las publicaciones Revista Andaluza, El Conservador, El Derecho, El Globo y El Derecho Moderno. Durante toda su vida publicó artículos académicos e investigaciones en el ámbito de la historia del derecho. Gracias a esta actividad fue invitado a participar en instituciones como la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1857), la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Toulouse (1869) o la Real Academia de Historia (1871). A su muerte en 1898 legó a la Academia de Ciencias Morales y Políticas una biblioteca personal de más de diez mil volúmenes.

Elena Serrano García

 
 
Alfonso E. Pérez Sánchez y Julián Gállego Banco de España. Colección de pintura, Madrid, Banco de España, 1985. Alfonso E. Pérez Sánchez, Julián Gállego y María José Alonso Colección de pintura del Banco de España, Madrid, Banco de España, 1988. VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 1.