Durante algún tiempo se consideró, de manera apresurada, la posibilidad de que David con la cabeza de Goliat proviniese del círculo de pintores próximos a Caravaggio o, incluso, que hubiese contado con la intervención del propio Michelangelo Merisi, si bien un análisis más pormenorizado indica que poco tiene que ver con el estilo y las calidades del maestro del naturalismo tenebrista. Sin embargo, la obra sí es hija del éxito de un motivo cuyo tratamiento notablemente sensual se debe a Caravaggio, quien dejó una fuerte impronta en ese sentido de la que son muestra David vencedor de Goliat (c. 1602, Museo del Prado) o David con la cabeza de Goliat (1609-1610, Galleria Borghese, Roma).

La obra que nos ocupa es en todo caso de raíz italiana, fechable en la primera mitad del siglo XVII, pero probablemente toscana, impregnada todavía del preciosismo academicista propio de la región y con una morbidez sensual próxima al arte de Francesco Furini (1603-1646), aunque carente de su característico sfumato.

Cabría incluso pensar que la relativa dureza del tratamiento anatómico y de los rasgos faciales se deba a la impericia de un copista y que el lienzo traduzca un original, por ahora desconocido, del propio Furini. Si bien tal original, en caso de existir, no ha emergido hasta el momento, cabe señalar que Furini trató el tema de David y Goliat, en estilo, composición y tratamiento muy distintos, en otro lienzo de idéntico título, conservado hoy en la Galleria di Palazzo degli Alberti de Prato. Otra posibilidad es que la obra se deba a algún otro artista de su tiempo, como el florentino Cesare Dandini (1596-1657), cuyos modelos humanos recuerdan en buena medida al de este lienzo.

Comentario actualizado por Carlos Martín

Alfonso Pérez Sánchez