Cacique Quimbaya

Cacique Quimbaya

  • 2018
  • Impresión Giclée sobre papel 308 gr.
  • 90 x 70 cm
  • Edición 1/6
  • Cat. f_184
  • Adquirida en 2017
Por:

Se denomina “Tesoro de los Quimbayas” a un conjunto de objetos de oro y tumbaga, procedente de Colombia y datado del S V-VI d.C, encontrado formando parte del ajuar de dos tumbas de la cultura precolombina Quimbaya. El hallazgo tuvo lugar en el año 1890 por un grupo de huaqueros (expoliadores de tumbas). El tesoro está compuesto por un total de 433 piezas y el peso de 21.224 gr.

La calidad de este conjunto es tan espectacular, que se puede considerar como el principal tesoro americano hasta el descubrimiento de la tumba del señor de Sipán en Perú.

Al no existir una ley proteccionista sobre los bienes arqueológicos, dependía del propio huaquero, del intermediario o del comprador final, el que estos objetos terminaran o no fundidos en lingotes, que lamentablemente solía ser el destino más habitual. Miles de kilos de oro labrado o trabajado por los artífices precolombinos terminaron fundidos y perdidos para siempre por causa de esta “fiebre del oro” que no sólo se dio durante la época colonial, sino de forma especialmente intensa en el último cuarto del siglo XIX.

En 1891 el tesoro fue adquirido por el Gobierno Colombiano a los intermediarios que a su vez lo habían comprado a los huaqueros que lo encontraron en 1890. El gobierno de Colombia cedió el tesoro a España para la exposición Exposición Histórico Americana, dentro de los actos de conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América en Madrid. En el 1893 el entonces presidente de la República, Carlos Holguín, donó el tesoro a la Reina Gobernadora de España, María Cristina. Actualmente el Museo de América custodia y exhibe las piezas.

Aleix Plademunt

Aleix Plademunt planteó el proyecto fotográfico Matter como una pausa para revisar, explorar y extraer nuevas conclusiones en torno a las condiciones de producción de ciertos bienes de consumo y los orígenes y significados de la materia prima en el mundo actual. Del latín, mater (madre), el término «materia», que da título a la serie, denomina la substancia primera que forma todo lo tangible. La palabra inglesa matter amplía las acepciones, pues significa problema, asunto, algo que importa e incluso preocupa, en un guiño etimológico que sugiere el conflicto que late aun en lo más primario y basilar. El proyecto de Plademunt se adentra así en una de las cuestiones más antiguas de la existencia y centro de los debates tanto de la física como de la teología: el origen de la materia, pero también la transformación y ciertos usos y aplicaciones que se le otorgan. Plademunt se interesa por los modos en que el ser humano, que ocupa una fracción minúscula y efímera en el cosmos, insiste en transformar y controlar la materia continuamente, en una confirmación de la existencia de una nueva era: el Antropoceno, el momento en el que el primer factor de alteración del planeta es la acción del ser humano, un período que se inicia precisamente con la Revolución industrial.

Estas ideas se plasman en fotografías como La sal, Utah, de la misma serie, que hace referencia directa a la región del estadounidense explotada durante la fiebre del oro del siglo XIX, un área que en el contexto de la Segunda Guerra Mundial revivió esta fiebre pero aplicada al uranio, base del armamento nuclear, con todo lo que simbolizaría en adelante en el contexto de las tensiones de la Guerra Fría. Un elemento radiactivo que también suministraría, entre otros, la República Democrática del Congo, donde en la actualidad se extrae el coltán, transmisor esencial para la fabricación de aparatos de telefonía móvil y para la industria del entretenimiento tecnológico, como aparece sugerido en PS2 y en King Kong; un elemento tras el que hay miles de muertos y condiciones de esclavitud humana veladas por los intereses de multinacionales. Plademunt tampoco deja de lado un motivo central por su calado histórico y simbólico: el oro, respaldo histórico de las monedas nacionales, presente de manera directa en dos de sus transformaciones, como fetiche precolombino en Cacique Quimbaya y en su consuetudinaria forma «civilizada» (y no menos fetichista) de lingote en Oro.

Matter invita así a reflexionar sobre la complejidad que preside el progreso de Occidente, en un viaje narrativo que transita desde el regreso a lo más prístino (la materia) hasta las más patentes implicaciones político- sociales de su transformación y usos. Las fotografías de Plademunt no son por tanto entes aislados dirigidos a la mera contemplación, sino que funcionan a modo de frases visuales que configuran una compleja narrativa en la que se entrecruzan momentos históricos que mantienen el nexo común de una «materia», de un primer principio entendido como el germen inerte de la combinación de conflictos, violencia, esclavitud, consumo y destrucción del medio que configura algunas de las contradicciones más sangrantes del mundo actual.

Carlos Martín

 
Por:
Roberto Díaz
Aleix Plademunt
Girona 1980

Estudió inicialmente una ingeniería técnica en la Universidat de Girona, pero abandonó para licenciarse en Fotografía en el Centre de la Imatge i la Tecnologia Multimédia de la Universitat Politécnica de Catalunya (Barcelona, 2004); posteriormente obtuvo un posgrado en la misma materia en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) de México (2003-2004). Desde 2004 viene desarrollando su trabajo en este campo, en series realizadas en numerosos lugares del planeta, y en la que, a través de una cuidada construcción visual del paisaje, reflexiona sobre cuestiones relacionadas con el ser humano y el territorio en el que deja su impronta. Así lo vemos en una de sus primeras series titulada Espacios comunes (2005), en la que lo humano se hace presente de forma geometrizada mediante diversos elementos que centran la imagen, en contraposición a las formas fluidas del paisaje donde se insertan. En otros casos, Plademunt interviene él mismo en el paisaje, como en su serie Espectadors (2006), donde introduce un espacio de butacas vacío en entornos donde la mano del hombre lo ha alterado significativamente y donde irónicamente ningún espectador contempla el proceso que puede conllevar su propia destrucción. En su reciente proyecto Almost There (2013) centra su interés por la imagen fotográfica remitiendo a sí misma como medio que condiciona nuestra forma de entender el mundo y, a su vez, la capacidad de generar nuevos sentidos desde una mirada que fluctúa del micro al macrocosmos. Es, además, cofundador de la editorial Ca l’Isidret Edicions junto con Juan Diego Valera y Roger Guaus.

Su obra ha sido mostrada individualmente por la Galerie Waltman (París-Miami, 2006, 2013 y 2018) o la New Gallery (Madrid, 2015); y en instituciones como el Centro Difusor de Arte (Lisboa, 2012) y el Centro de Arte de Alcobendas (Madrid, 2016), entre otras. También ha participado en numerosas colectivas, principalmente en centros destacados en España, como el Círculo de Bellas Artes (Madrid, 2006, 2008); CaixaForum (Barcelona y Madrid, 2009-2010); Foto Colectania (Barcelona, 2014); La Casa Encendida (Madrid, 2015); Fundación Botín (Santander) y Centre d’Arts Santa Mónica (Barcelona, 2017). Ha obtenido diversos premios y becas, entre los que cabe destacar el Premio INJUVE de Fotografía (2005), la Beca de Artes Plásticas Fundación Botín (2015) o el Premio Revelación PHotoEspaña (2015).

Roberto Díaz

 
«Itinerarios XXIII», Fundación Botín (Santander, 2017). «(UN)COMMON VALUES. Two Corporate Collections of Contemporary Art», National Bank of Belgium (Bruselas, 2022).
Benjamin Weil Itinerarios, Santander, Fundación Botín, 2017. VV. AA. Colección Banco de España. Catálogo razonado, Madrid, Banco de España, 2019, vol. 3.