Blanco I
- 1982
- Collage (telas serigrafiadas), óleo, carboncillo y tintas sobre lienzo
- 199,5 x 159,5 cm
- Cat. P_301
- Adquirida en 1983
Las dos obras pertenecientes a la Colección Banco de España de Darío Villalba resultan interesantes para entender el desarrollo de la pintura española a partir de mediados de la década de 1960 más allá del informalismo. Puede parecer paradójico que para comprender los derroteros de la pintura podamos citar una obra como Snow Fall. La imagen data de 1965, entroncando su radicalidad con algunos de los discursos de las vanguardias internacionales que, a duras penas, llegaban a España y que a Villalba no le eran ajenos, pues en esos momentos vivía en Estados Unidos. En ese sentido, su pionero maridaje de pintura y fotografía, o la pintura como fotografía y viceversa, abría nuevos caminos para el estancamiento en el que se encontraban ambas y apostaba por un discurso antimodernista en la defensa de la ruptura de disciplinas cerradas y «puras»: «Mi trayectoria creativa es un constante sabotaje de lenguajes». La investigación lingüística y el protagonismo de lo humano, del sufrimiento y del dolor sitúa a Darío Villalba cercano a un autor como Boltanski. Para Villalba, pintura y fotografía son medios equivalentes que recogen un instante fugaz y que le permiten subrayar ese pathos que se ofrece como cuestión permanente en su trabajo: en Snow Fall, la nieve-pintura blanca ocluye la poética imagen y permite apenas entrever, tensionando la dicotomía entre lo abstracto y lo concreto.
En los años setenta vuelve a la pintura, dando un paso más en la integración de lenguajes y de discursos, para lo que se sirve en muchas ocasiones, como en Blanco I (1982), del collage: «Empleé el collage para empezar a destruir mis imágenes de siempre y recomponerlas en obras nuevas. Es característica en mi trabajo la idea del Ave Fénix; renacer de las cenizas».
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