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El retrato del gobernador Pablo Hernández de Cos, la otra obra de Annie Leibovitz que forma parte de la exposición 'La tiranía de Cronos'
Además del díptico del rey Felipe VI y la reina Letizia, la muestra La tiranía de Cronos, que se puede visitar en la sala de exposiciones de la sede de Cibeles del Banco de España hasta el 29 de marzo de 2025, también ha sido el marco elegido para presentar el retrato que Annie Leibovitz ha realizado de Pablo Hernández de Cos, gobernador de la institución entre 2018 y 2024.
El retrato de Hernández de Cos es un ejemplo representativo del lenguaje visual de Leibovitz, cuya práctica fotográfica, en palabras de la historiadora del arte Clara Derrac, «desdibuja los límites entre lo popular y la alta cultura, el glamur y la vulnerabilidad, lo público y lo privado». En sus retratos, mucho de los cuales se han convertido en imágenes icónicas de la cultura visual contemporánea, la fotógrafa estadounidense busca revelar la dimensión psicológica de la persona retratada, algo que consigue, como nos explica Yolanda Romero, conservadora del Banco de España y comisaria de la muestra, «mediante un control riguroso de la luz, la escenografía y la composición».
Annie Leibovitz: Retrato de Pablo Hernández de Cos. Colección Baco de España
El escenario escogido para el retrato Hernández de Cos es la Sala del Consejo de Gobierno del Banco de España, un lugar de gran relevancia en la historia de la institución. Desde que en 1891 se inauguró el edificio de Eduardo de Adaro como sede central del Banco, este espacio ha sido testigo de muchas de decisiones que han marcado la historia de la entidad.
En su fotografía, Leibovitz incorpora elementos simbólicos e iconográficos que la conectan con la tradición del retrato institucional español. Entre ellos destaca un reloj regulador de caja alta de Maple & Co, fabricado a finales del siglo XIX, que se encuentra al fondo de la sala, cuyos grandes ventanales dejan traspasar la luz diurna. Como objeto que aúna lo artístico y lo tecnológico, el reloj ha desempeñado un papel crucial en la construcción del modo de percibir, representar y organizar el tiempo en la cultura occidental. Su presencia en este retrato pone de relieve ese valor a la vez funcional y representativo, y es asimismo emblema de la gobernanza de la institución, encarnada en la figura de su más alto representante.
Maple & Co: Regulador de caja alta. Colección Baco de España
Leibovitz, no obstante, también opta por evitar la solemnidad de las efigies históricas, representando al gobernador en una pose relajada, sentado sobre la mesa, mirando directamente al espectador y con una mano en el bolsillo del pantalón. De este modo, subraya Romero, se aleja de la «rigidez característica de estas imágenes de poder», manteniéndose «fiel a su estilo, que busca —a pesar de todos los aditamentos que podamos señalar— un retrato cercano al espectador».
Las fotografías de Pablo Hernández de Cos y del rey Felipe VI y la reina Letizia que ha realizado Annie Leibovitz constituyen un punto de inflexión en la tradición retratística del Banco de España, pues hasta ahora la entidad ha conservado su memoria institucional con retratos encargados a destacados pintores españoles. No se trata solo de la primera vez que se utiliza la fotografía, un medio que por otra parte ha sido fundamental en la historia moderna y contemporánea del género retratístico, sino que además Leibovitz es la primera artista extranjera a la que se encomienda este encargo y la tercera artista mujer, tras Isabel Quintanilla y Carmen Laffón, en llevarlo a cabo. En este sentido, Romero señala que la «elección reafirma la apertura hacia nuevas prácticas artísticas y hacia voces contemporáneas de relevancia internacional, y subraya la intención de renovar y aportar una mirada diferente a esta sección de la colección».
Cabe aclarar, en todo caso, que la idea de usar la fotografía para los retratos institucionales no es nueva. Como contaba Javier Portús en el primer volumen del Catálogo razonado de la Colección Banco de España, ya en 1856, Tomás Varela, oficial 1.º del Banco, sugirió la utilización de este medio, por aquel entonces incipiente, como forma de facilitar la recuperación de la tradición de estos encargos, perdida desde los años treinta del siglo XIX. Su propuesta no fue atendida, pero sí que sirvió para retomar, a partir del año 1881, la costumbre de retratar, al término de su mandato, a los gobernadores de la institución.
En la exposición La tiranía de Cronos, los retratos del rey Felipe VI y la reina Letizia y Pablo Hernández de Cos se integran dentro de Retratos al hilo del tiempo, uno de los tres capítulos que componen la muestra. En dicho capítulo se pone de manifiesto cómo el reloj, objeto fundamental para entender la manera de percibir y representar el tiempo de la modernidad, ha estado muy presente en la historia del Banco de España desde su fundación, a finales del siglo XVIII, de la mano de una incipiente burguesía financiera que veía este objeto como un símbolo de progreso y distinción social. De ello da cuenta no solo la colección de relojes que el Banco atesora, una selección de los cuales se incluyen en la muestra, sino también los retratos pertenecientes a la galería de efigies de nuestra institución que se presentan en ella
Hay dos realizados por Francisco de Goya a sendas figuras claves en la gestación del Banco de San Carlos: José Moñino y Redondo, I conde de Floridablanca y Francisco de Cabarrús y Lalanne. Al primero lo retrata junto a un gran reloj que marca las diez y media, la hora en la que Floridablanca, con sus asuntos ya concluidos, se preparaba para ir a despachar con el rey Carlos III. Cabarrús, por su parte, fue quien adquirió los primeros relojes que decorarían la primigenia sede del Banco de San Carlos en la Calle Luna —un reloj de sobremesa bracket de la Casa Windmill y un reloj de caja alta del relojero inglés Diego Evans— que también se han incluido en la muestra.
En el retrato de Goya, Francisco de Cabarrús aparece vestido con un traje dorado y portando una leontina, complemento de joyería que se presentaba abrochado a un ojal y sujetando un reloj que podía guardarse en un bolsillo. Accesorio que también lleva Miguel de Torres y Ruiz de Rivera, III marqués de Matallana, quien fue brevemente director del Banco de San Carlos antes de ser nombrado ministro plenipotenciario en la corte de Parma, en otro de los retratos incluidos y que realizó el pintor italiano Pietro Melchiorre Ferrari en 1785. Dos siglos después, en 1985, la artista madrileña Isabel Quintanilla llevaría a cabo un retrato del gobernador José Ramón Álvarez Rendueles, en el que se entrevé en su mano izquierda un reloj de pulsera. Estamos en un nuevo momento y accesorios como las châtelaines y leontinas han quedado desbancados por un modelo de reloj que, ceñido en torno a la muñeca, refleja un modo de vida y de trabajo, más marcado por la funcionalidad que por el boato.
La sección de retratos de la exposición se complementa con el que se le encargó a José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra de Ramón de Santillán González, artífice de la fusión entre el Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II que dio lugar en 1856 al Banco de España, del que sería primer gobernador. En la muestra se ha incluido el reloj de sobremesa del relojero irlandés James French Moore que decoraba su despacho.