Reivindicativo de lo manual y contundente en lo emocional, las propuestas de Xavier Toubes desafían radicalmente cualquier idea preconcebida sobre la cerámica y sus usos. Es uno de los valores de la cerámica contemporánea española. Lleva años volcado en su renovación desde su posición como profesor en el Art Institute de Chicago y su labor desempeñada en la dirección del European Ceramics Workcentre de Holanda. Aunque empezó haciendo fotografía y pintura, considera sus obras como esculturas y le preocupa mucho que lo llamen ceramista. Su viaje creativo trata, precisamente, de explorar «el otro lado de los límites», dice, algo que buscan alcanzar actualmente muchos otros artistas, con una fuerte apuesta por la cerámica y el arts & crafts.
Aguas-amarillo (1992) y Uvas (1992) están realizadas en un momento en que el objeto, la escultura y el color son mirados con cierta sospecha en el contexto del arte, más si cabe al estar hechas a mano y con barro. Las cinco cerámicas son, según su autor, escultura y pintura. La intención es mostrar que el proceso y la construcción del objeto tienen un significado propio. Las piezas, metáforas del cuerpo y de lo erótico, muestran colores mates y artificiales, donde reinan la simpatía con el absurdo y lo teatral, lo existencial y lo poético, y una búsqueda de la belleza. Toubes explora el material, destapa sus posibilidades técnicas y estéticas, modela de manera brusca, con huecos y protuberancias, dejando una total libertad interpretativa gracias a su grado de azar. Según el propio artista, «una práctica, dando abundante importancia al proceso de descubrir y abandonar, el no saber como potencial y posibilidad. Con los sentidos para los sentidos».
Xavier Toubes se formó en el Goldsmith College University de Londres, donde llegó en 1977, y amplió estudios en el State College of Ceramics de la Alfred University de Nueva York. Sus obras forman parte de numerosas colecciones internacionales y entre sus exposiciones individuales recientes destacan las que le ha dedicado la Fundación Luis Seoane (A Coruña, 2005) y el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (Santiago de Compostela, 2007).
Reivindicativo de lo manual y contundente en lo emocional, las propuestas de Xavier Toubes desafían radicalmente cualquier idea preconcebida sobre la cerámica y sus usos. Es uno de los valores de la cerámica contemporánea española. Lleva años volcado en su renovación desde su posición como profesor en el Art Institute de Chicago y su labor desempeñada en la dirección del European Ceramics Workcentre de Holanda. Aunque empezó haciendo fotografía y pintura, considera sus obras como esculturas y le preocupa mucho que lo llamen ceramista. Su viaje creativo trata, precisamente, de explorar «el otro lado de los límites», dice, algo que buscan alcanzar actualmente muchos otros artistas, con una fuerte apuesta por la cerámica y el arts & crafts.
Aguas-amarillo (1992) y Uvas (1992) están realizadas en un momento en que el objeto, la escultura y el color son mirados con cierta sospecha en el contexto del arte, más si cabe al estar hechas a mano y con barro. Las cinco cerámicas son, según su autor, escultura y pintura. La intención es mostrar que el proceso y la construcción del objeto tienen un significado propio. Las piezas, metáforas del cuerpo y de lo erótico, muestran colores mates y artificiales, donde reinan la simpatía con el absurdo y lo teatral, lo existencial y lo poético, y una búsqueda de la belleza. Toubes explora el material, destapa sus posibilidades técnicas y estéticas, modela de manera brusca, con huecos y protuberancias, dejando una total libertad interpretativa gracias a su grado de azar. Según el propio artista, «una práctica, dando abundante importancia al proceso de descubrir y abandonar, el no saber como potencial y posibilidad. Con los sentidos para los sentidos».
Xavier Toubes se formó en el Goldsmith College University de Londres, donde llegó en 1977, y amplió estudios en el State College of Ceramics de la Alfred University de Nueva York. Sus obras forman parte de numerosas colecciones internacionales y entre sus exposiciones individuales recientes destacan las que le ha dedicado la Fundación Luis Seoane (A Coruña, 2005) y el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (Santiago de Compostela, 2007).