Txomin Badiola

Bilbao 1957

Por: Isabel Tejeda

Estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco en Bilbao, donde ejerció como docente desde 1982 hasta 1989. A pesar de especializarse en pintura, Badiola pronto se decantó por la producción escultórica, siendo uno de los autores más prolíficos de la llamada «nueva escultura vasca». Comenzó su trayectoria artística a finales de los setenta y comienzos de los ochenta con trabajos de un marcado aire minimalista y conceptual. En esta primera etapa fundó junto a otros artistas el colectivo EAE Euskal Artisten Elkarten (Asociación de Artistas Vascos), con acciones de carácter artístico-político como Acción, el museo, donde planificaba el robo de una escultura de Oteiza del Museo de Bellas Artes de Bilbao por parte de los artistas participantes. Fuertemente influido en sus inicios por la obra y pensamiento de este escultor, comisarió las exposiciones «Oteiza: propósito experimental», en la Fundación Caja de Pensiones (Madrid, 1988), junto a Margit Rowell, y «Oteiza: mito y modernidad», en el Museo Guggenheim Bilbao (2004), el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York, 2005) y el Museo Reina Sofía (Madrid, 2005), además de trabajar en el catálogo razonado del artista.

Badiola ha sido distinguido con varios premios y galardones, como el Premio Ícaro al artista más sobresaliente de 1987 o la Beca Delfina Trust Foundation, que le permitió residir en Londres entre 1988 y 1989. A principios de los años noventa se trasladó a Nueva York, donde consolidó su pensamiento crítico y teórico en torno a la escultura, rompiendo con el rígido formalismo que imperaba en la escultura vasca de la época a través de trabajos en los que emplea materiales industriales que hibrida con la fotografía y la imagen audiovisual. Durante estos años, Badiola asentó las bases de su obra y exploró las posibilidades constructivas y deconstructivas de los materiales sin mitificar sus cualidades físicas. Txomin Badiola pasa de la pureza estructural y racionalidad del minimalismo a la superación del objeto escultórico mismo a través del concepto de «mala forma», buscando una evocación constante del juego dialéctico entre el espacio presente y el ausente, entre la claridad y el hermetismo conceptual, en el que los elementos se combinan para ejercer una fuerza de atracción hacia el espectador, quien aspira a descifrar los símbolos empleados de manera fragmentaria. El artista bilbaíno sigue comprometido con la reflexión acerca del arte y la escultura, como demuestra en sus textos y catálogos como Oteiza. Catálogo razonado de escultura (2016), Capitalismo anal (2014) o Hay veces que uno tiene que poner en escena su propio fracaso (2006).

Entre sus exposiciones individuales destacan «Primer Proforma 2010. Badiola, Euba, Prego. 30 ejercicios, 40 días, 8 horas al día», en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (León, 2010); «La forme qui pensé», en el Museé d’art moderne de Saint-Étienne (Francia, 2007); «Malas formas, 1990-2002», en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona y el Museo de Bellas Artes de Bilbao (2002-2003) y «Otro Family Plot», en el Palacio de Velázquez, Museo Reina Sofía (Madrid, 2016-2017).