El escultor Quintín Torre pertenece a la llamada «generación novecentista», cuyo estilo oscila entre el realismo y el idealismo. Formado inicialmente en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad, y en el taller de Serafín Basterra, obtuvo varias subvenciones que le permitieron viajar y completar su educación en Barcelona, París e Italia. Aunque en su juventud y primera madurez está próximo a planteamientos más novedosos, cercanos a la temática social, su obra evoluciona hacia un espíritu más clásico, vinculado al Renacimiento italiano y a la escultura policromada castellana de temática religiosa. En 1955 entró a formar parte de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
El escultor Quintín Torre pertenece a la llamada «generación novecentista», cuyo estilo oscila entre el realismo y el idealismo. Formado inicialmente en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad, y en el taller de Serafín Basterra, obtuvo varias subvenciones que le permitieron viajar y completar su educación en Barcelona, París e Italia. Aunque en su juventud y primera madurez está próximo a planteamientos más novedosos, cercanos a la temática social, su obra evoluciona hacia un espíritu más clásico, vinculado al Renacimiento italiano y a la escultura policromada castellana de temática religiosa. En 1955 entró a formar parte de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.