Miquel Barceló

Felanitx (Illes Balears) 1957

Por: Roberto Díaz

Artista polifacético, es una de las figuras más relevantes y con mayor proyección internacional del arte español desde los años ochenta del siglo XX. Inició su formación artística en la Escola d’Arts i Oficis de Palma (1972-1973), que continuó en 1974 en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, para poco después abandonar sus estudios. Pasó a vincularse al grupo Taller Llunàtic, de carácter conceptual y provocador, y en 1976, bajo el título «Cadaverina 15» expuso en el Museo de Mallorca una serie de cajas con amalgamas de pigmento y materiales en descomposición, explotando desde entonces las posibilidades metafóricas de la materia. Con el resurgir pictórico a finales de los setenta y partiendo de un amplio conjunto de referencias, desde el art brut, el action painting norteamericano y el nuevo expresionismo alemán hasta la transvanguardia italiana, Barceló se perfila, junto a otros artistas como José María Sicilia, como uno de los representantes más significativos de la práctica de la pintura desde una sensibilidad matérica. De esta etapa inicial son sus cuadros de gran formato de temática animalística que en 1982-1983 dan paso a una pintura entroncada con la tradición, con motivos recurrentes como las naturalezas muertas, las bibliotecas, los museos y los cines, que traslada a través de perspectivas forzadas, densos empastes y un tratamiento lumínico basado en el claroscuro.

Su frecuente nomadismo y, sobre todo, el descubrimiento de África en 1988 con una estancia de varios meses en Mali, hacen que en su trayectoria posterior haya una continua reflexión sobre la naturaleza, el paso del tiempo y las formas de vida primigenias, en una pintura que se va despojando del exceso en un constante estudio de los efectos de la luz sobre los motivos. A lo largo de su trayectoria ha trabajado también en el campo del dibujo, la escultura, la cerámica y la obra gráfica. En las últimas décadas hay que destacar los encargos institucionales que ha realizado, como la reforma de la capilla del Santísimo en la catedral de Palma (2004-2007) o la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y Alianza de las Civilizaciones del Palacio de Naciones Unidas en Ginebra (2008).

Barceló tiene una de las trayectorias artísticas más destacadas del panorama internacional, desde su participación en la Bienal de São Paulo (1981) y principalmente con su selección para participar en la Documenta 7 (Kassel, Alemania, 1982) y en la sección «Aperto» de la Bienal de Venecia (1984). A partir de entonces comenzó una constante actividad expositiva en los más destacados centros internacionales, como el CAPC - Musée d'art contemporain de Bordeaux (Burdeos, 1985); su primera retrospectiva en la Whitechapel Art Gallery y el Institut Valencià d’Art Modern (Londres y València, 1994); el Centre Georges Pompidou y la Galerie national du Jeu de Paume (París, 1996); el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1998); el Museo Reina Sofía (Madrid, 1999); la Pinacoteca do Estado de São Paulo (2003); el Musée du Louvre (París, 2004); el Irish Museum of Modern Art y el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (Dublín y Málaga, 2008), que culminó con su selección como representante de España en la Bienal de Venecia (2009). En 2016 realizó una doble exposición en el Musée Picasso y la Biblioteca Nacional de París. Además, su obra ha sido reconocida con el Premio Nacional de Artes Plásticas de España (1986), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003), y fue investido doctor honoris causa por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2012).