Se formó en un curso de orientación profesional en el Instituto de Fotografía de Nueva York (1966) y en la Escuela Superior de Diseño Industrial de Río de Janeiro (1968). Dada la condición de diplomático de su padre, Rio Branco pasó su infancia entre Buenos Aires, Lisboa, Berna y Nueva York. Inició su carrera artística en la pintura, disciplina a la que permanece siempre fiel pese a que sufra períodos de latencia según sus distintas necesidades expresivas. En la década de 1970 su trabajo se concentró en la fotografía freelance y en la realización y dirección de fotografía de cortos y largometrajes. Este contexto pictórico y cinematográfico ejerció una clara influencia en su trabajo fotográfico por el que es más conocido.
Con frecuencia se define su fotografía, cuyo discurso se relaciona con la realidad latinoamericana, como fotoperiodismo, afirmación que parecería verse avalada por sus colaboraciones con la agencia Magnum Photos (a partir de 1980) y la revista National Geographic. Sin embargo, el artista, afincado en Río de Janeiro, manifiesta siempre que tiene ocasión que ese encasillamiento es inexacto. Según afirma, él estaría más próximo a la figura de un fotógrafo documental que aúna documento y mirada poética personal, sobrepasando así el límite del documento para adentrarse en lo conceptual. Asimismo, insiste en que su trabajo artístico es una manifestación de ideas y conceptos interiores que no tienen que ver con la descripción de la realidad, aunque esta sea un material que la cámara captura. Defiende la actitud de no centrarse en temas latinoamericanos, y sencillamente se fija en lo que lo rodea, ya sea Nueva York, París, Río de Janeiro, o en cualquiera de sus lugares de residencia; sin querer, por ello, reflejar una identidad nacional particular. A partir de la Bienal de São Paulo de 1983 se percibe un salto sustancial en esa migración de lo documental a lo poético, iniciándose también en la realización de instalaciones multimedia. Desde un punto de vista formal, construye sus imágenes con una paleta reducida de colores vibrantes y saturados en la que el claroscuro suele tener un papel protagonista, lo que provoca en muchas ocasiones imágenes turbadoras.
Ha recibido distintos premios por su carrera artística como el Gran Premio de la I Trienal de Fotografía del Museo de Arte Moderno de São Paulo (1980) y el Premio Kodak de la Crítica Fotográfica (París, 1982, compartido con otros dos artistas). Su obra ha sido expuesta en el Centre Georges Pompidou (París, 1983); la Galerie Magnum (París, 1985); el Stedelijk Museum (Ámsterdam, 1989 y 2008); el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (1996), la Tate Gallery de Liverpool (Reino Unido, 1999); el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York, 2001); y la Casa de América (Madrid, 2008).
Se formó en un curso de orientación profesional en el Instituto de Fotografía de Nueva York (1966) y en la Escuela Superior de Diseño Industrial de Río de Janeiro (1968). Dada la condición de diplomático de su padre, Rio Branco pasó su infancia entre Buenos Aires, Lisboa, Berna y Nueva York. Inició su carrera artística en la pintura, disciplina a la que permanece siempre fiel pese a que sufra períodos de latencia según sus distintas necesidades expresivas. En la década de 1970 su trabajo se concentró en la fotografía freelance y en la realización y dirección de fotografía de cortos y largometrajes. Este contexto pictórico y cinematográfico ejerció una clara influencia en su trabajo fotográfico por el que es más conocido.
Con frecuencia se define su fotografía, cuyo discurso se relaciona con la realidad latinoamericana, como fotoperiodismo, afirmación que parecería verse avalada por sus colaboraciones con la agencia Magnum Photos (a partir de 1980) y la revista National Geographic. Sin embargo, el artista, afincado en Río de Janeiro, manifiesta siempre que tiene ocasión que ese encasillamiento es inexacto. Según afirma, él estaría más próximo a la figura de un fotógrafo documental que aúna documento y mirada poética personal, sobrepasando así el límite del documento para adentrarse en lo conceptual. Asimismo, insiste en que su trabajo artístico es una manifestación de ideas y conceptos interiores que no tienen que ver con la descripción de la realidad, aunque esta sea un material que la cámara captura. Defiende la actitud de no centrarse en temas latinoamericanos, y sencillamente se fija en lo que lo rodea, ya sea Nueva York, París, Río de Janeiro, o en cualquiera de sus lugares de residencia; sin querer, por ello, reflejar una identidad nacional particular. A partir de la Bienal de São Paulo de 1983 se percibe un salto sustancial en esa migración de lo documental a lo poético, iniciándose también en la realización de instalaciones multimedia. Desde un punto de vista formal, construye sus imágenes con una paleta reducida de colores vibrantes y saturados en la que el claroscuro suele tener un papel protagonista, lo que provoca en muchas ocasiones imágenes turbadoras.
Ha recibido distintos premios por su carrera artística como el Gran Premio de la I Trienal de Fotografía del Museo de Arte Moderno de São Paulo (1980) y el Premio Kodak de la Crítica Fotográfica (París, 1982, compartido con otros dos artistas). Su obra ha sido expuesta en el Centre Georges Pompidou (París, 1983); la Galerie Magnum (París, 1985); el Stedelijk Museum (Ámsterdam, 1989 y 2008); el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (1996), la Tate Gallery de Liverpool (Reino Unido, 1999); el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York, 2001); y la Casa de América (Madrid, 2008).