Tras comenzar a pintar paisajes de manera autodidacta, inició clases de dibujo en la Asociación Artística de Gipuzkoa. Posteriormente, desde 1963, entró en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde obtuvo el título en 1968. En este período tomó contacto con la vanguardia pictórica madrileña, a lo que se suma una estancia en París en 1969 becada por el Gobierno francés. Su obra de finales de los años sesenta y setenta se centra en retratos e interiores, de corte intimista, que recuerdan a la obra de Giorgio Morandi, realizados en tonos oscuros y austeros. En 1979 se vuelca hacia las escenas exteriores, en paisajes donde sintetiza las formas e introduce el color de la naturaleza, que recuerda en algunos casos a la obra tardía de Claude Monet, con ciertos elementos expresionistas en la ejecución de las pinceladas. En los años noventa tiende aún más a la síntesis de las formas, en ocasiones llegando a la abstracción, e introduce elementos orientales en su obra —influida por un viaje a la India en 1996— en la que la grafía, los elementos lineales y los planos de color puestos en movimiento toman protagonismo, características que seguirá desarrollando hasta la actualidad.
Además de las numerosas exposiciones realizadas desde los años sesenta en galerías del País Vasco y Madrid principalmente, su obra se ha mostrado en centros como la Fundação Calouste Gulbenkian (Lisboa, 1985); la Fundación Bilbao-Bizkaia Kutxa (Bilbao, 1995); el Koldo Mitxelena Kulturunea (Donostia/San Sebastián, 2004); o más recientemente en la retrospectiva que le ha dedicado el Kursaal (Donostia/San Sebastián, 2016). También su obra ha sido expuesta en importantes muestras colectivas como el XI Salón de los 16, en el Museo de Arte Contemporáneo (Madrid, 1983), o «Mujeres en el arte español», en el Centro Conde Duque (Madrid, 1984). En 1980 recibió la Beca de la Fundación Juan March.
Tras comenzar a pintar paisajes de manera autodidacta, inició clases de dibujo en la Asociación Artística de Gipuzkoa. Posteriormente, desde 1963, entró en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde obtuvo el título en 1968. En este período tomó contacto con la vanguardia pictórica madrileña, a lo que se suma una estancia en París en 1969 becada por el Gobierno francés. Su obra de finales de los años sesenta y setenta se centra en retratos e interiores, de corte intimista, que recuerdan a la obra de Giorgio Morandi, realizados en tonos oscuros y austeros. En 1979 se vuelca hacia las escenas exteriores, en paisajes donde sintetiza las formas e introduce el color de la naturaleza, que recuerda en algunos casos a la obra tardía de Claude Monet, con ciertos elementos expresionistas en la ejecución de las pinceladas. En los años noventa tiende aún más a la síntesis de las formas, en ocasiones llegando a la abstracción, e introduce elementos orientales en su obra —influida por un viaje a la India en 1996— en la que la grafía, los elementos lineales y los planos de color puestos en movimiento toman protagonismo, características que seguirá desarrollando hasta la actualidad.
Además de las numerosas exposiciones realizadas desde los años sesenta en galerías del País Vasco y Madrid principalmente, su obra se ha mostrado en centros como la Fundação Calouste Gulbenkian (Lisboa, 1985); la Fundación Bilbao-Bizkaia Kutxa (Bilbao, 1995); el Koldo Mitxelena Kulturunea (Donostia/San Sebastián, 2004); o más recientemente en la retrospectiva que le ha dedicado el Kursaal (Donostia/San Sebastián, 2016). También su obra ha sido expuesta en importantes muestras colectivas como el XI Salón de los 16, en el Museo de Arte Contemporáneo (Madrid, 1983), o «Mujeres en el arte español», en el Centro Conde Duque (Madrid, 1984). En 1980 recibió la Beca de la Fundación Juan March.