María Gómez

Salamanca 1953

Por: Roberto Díaz

Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca, en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge, Barcelona (1973-1975), y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Madrid (1975-1978), en la que se licenció. En 1980 el Gobierno francés le concedió una beca para viajar a París y estudiar grabado con Bruno Müller; y en 1991 obtuvo la Beca para la Academia Española en Roma.

Su obra pictórica, que parte de finales de los años setenta, se enmarca dentro de una figuración de consonancias clásicas, en la que predominan las figuras solitarias inmersas en paisajes de naturaleza idealizada e imaginaria, que recuerdan en ciertos aspectos a la pintura metafísica italiana. Destacan sus acuarelas sobre papel de los años ochenta, en los que figura y paisaje se funden en formas difusas y veladas, mediante tonos ocres, grises, sienas y azulados que envuelven las composiciones en una especie de atmósfera neblinosa como expresión plástica de un «paisaje interior». En la década de 1990 la figura femenina en estado introspectivo toma el protagonismo en sus cuadros, con frecuencia en relación a la actividad lectora, posiblemente identificable con la propia artista; en sus piezas, los amplios paisajes son sustituidos por estancias interiores, como espacios de búsqueda o tránsito, donde la luz se convierte en elemento simbólico y metafísico, con un estilo formal y compositivo al que ha sido fiel hasta el momento.

Aunque expuso individualmente por primera vez en la Galería Tebas de Madrid en 1977, su obra se hizo eco realmente en los años ochenta, con sus muestras en la Galería Montenegro (Madrid, 1983, 1985 y 1987); el V Salón de los 16, en el Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid, 1985); «Spanish Bilder», en las Kunstverein de Fráncfort, Hamburgo y Stuttgart (Alemania, 1986); o «Época Nueva: Painting and Sculpture from Spain», en el Meadows Museum (Dallas, Estados Unidos, 1988) y en la Chicago Public Library (Chicago, Estados Unidos, 1989). En las décadas siguientes su obra ha sido mostrada de forma constante en destacadas galerías españolas y ha realizado individuales en centros como el Museo de Bellas Artes de Málaga (1989); la Sala El Brocense (Cáceres, 1996); o el Museo de Salamanca (2004), entre otros.