Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Católica de Chile (1994) y doctora en Fotografía por la Universitat Politécnica de Catalunya (2003), Magdalena Correa desarrolla su trabajo fotográfico y en vídeo desde finales de los noventa, en proyectos cuyo interés se centra en explorar territorios que se encuentran en situación de aislamiento, precariedad y olvido, y en los que, por añadidura, se han de soportar las condiciones extremas que impone la naturaleza en el entorno. Al realizar un trabajo de campo, la artista permanece en estos territorios en las mismas condiciones de vida de sus habitantes para traducir su experiencia a imagen y reinterpretarla, invitando al espectador a reflexionar sobre las formas de subsistencia en estos lugares. Así lo ha llevado a cabo en proyectos como Austral (2004-2006), dedicado a la Patagonia en Chile; La desaparición (2006-2008), realizado en el desierto del Gobi, entre China y Mongolia, y el de Atacama, en Chile; o La Rinconada (2012-2014), serie centrada en esta población minera de Perú.
Su obra se ha mostrado individualmente en instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Chile (Santiago de Chile, 2000, 2001, 2012 y 2013); el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz, 2002); los Institutos Cervantes de París (2003), Chicago (2004), São Paulo (2005) y Beijin (2009); el Centro de Arte Caja de Burgos (2006); la Fundación Telefónica de Santiago de Chile y el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (2008); la Fundación Telefónica de Buenos Aires (2009); el Centro de Arte de Alcobendas (Madrid, 2015); la Casa América (Madrid, 2016); y el Festival Internacional de Fotografía de Huelva (2017), entre otros.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Católica de Chile (1994) y doctora en Fotografía por la Universitat Politécnica de Catalunya (2003), Magdalena Correa desarrolla su trabajo fotográfico y en vídeo desde finales de los noventa, en proyectos cuyo interés se centra en explorar territorios que se encuentran en situación de aislamiento, precariedad y olvido, y en los que, por añadidura, se han de soportar las condiciones extremas que impone la naturaleza en el entorno. Al realizar un trabajo de campo, la artista permanece en estos territorios en las mismas condiciones de vida de sus habitantes para traducir su experiencia a imagen y reinterpretarla, invitando al espectador a reflexionar sobre las formas de subsistencia en estos lugares. Así lo ha llevado a cabo en proyectos como Austral (2004-2006), dedicado a la Patagonia en Chile; La desaparición (2006-2008), realizado en el desierto del Gobi, entre China y Mongolia, y el de Atacama, en Chile; o La Rinconada (2012-2014), serie centrada en esta población minera de Perú.
Su obra se ha mostrado individualmente en instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Chile (Santiago de Chile, 2000, 2001, 2012 y 2013); el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz, 2002); los Institutos Cervantes de París (2003), Chicago (2004), São Paulo (2005) y Beijin (2009); el Centro de Arte Caja de Burgos (2006); la Fundación Telefónica de Santiago de Chile y el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (2008); la Fundación Telefónica de Buenos Aires (2009); el Centro de Arte de Alcobendas (Madrid, 2015); la Casa América (Madrid, 2016); y el Festival Internacional de Fotografía de Huelva (2017), entre otros.