Escultor e imaginero del siglo XVIII, probablemente se formó con los escultores franceses de las fuentes de La Granja, concretamente con Dumandré y Pitué, existiendo escasos datos biográficos del autor hasta casi su madurez. También se le relaciona con Felipe de Castro. En la década de 1730 gozaba de gran prestigio en la capital de España, siendo nombrado director de Escultura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1744, todavía en la Junta Preparatoria, disponiendo la fundación de la institución que tendría lugar en 1752. En 1771 fue nombrado director general de la Academia de San Fernando. Sería propuesto, asimismo, académico de mérito de la Academia de San Carlos en València. Su estilo se enmarca dentro del academicismo neoclásico que introdujo en España Felipe de Castro.
Son de reseñar sus obras de carácter religioso, como las realizadas para la iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid (1746, hoy desaparecidas), así como las piezas que llevaría a cabo en algunas iglesias bilbaínas entre 1754 y 1755; se cree suyo el Cristo de la buena muerte que guarda la iglesia de San Jerónimo de Madrid. Colaboró con Ventura Rodríguez en la ejecución del retablo de San Idelfonso de la catedral de Toledo (1779). Con la subida de Carlos III al trono, el escultor toledano realizará un busto en mármol del monarca (1764, Academia de San Fernando), así como, en la misma colección, un modelo en yeso y madera para el concurso convocado por el rey para la realización del monumento ecuestre de Felipe V. Dentro del programa de escultura pública que durante esos años tuvo lugar en la ciudad de Madrid, intervino en el programa decorativo del Palacio Real; llevó a cabo también una de las obras más conocidas de la capital: la Fuente de Neptuno en el Paseo del Prado, diseñada por Ventura Rodríguez (1781).
Escultor e imaginero del siglo XVIII, probablemente se formó con los escultores franceses de las fuentes de La Granja, concretamente con Dumandré y Pitué, existiendo escasos datos biográficos del autor hasta casi su madurez. También se le relaciona con Felipe de Castro. En la década de 1730 gozaba de gran prestigio en la capital de España, siendo nombrado director de Escultura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1744, todavía en la Junta Preparatoria, disponiendo la fundación de la institución que tendría lugar en 1752. En 1771 fue nombrado director general de la Academia de San Fernando. Sería propuesto, asimismo, académico de mérito de la Academia de San Carlos en València. Su estilo se enmarca dentro del academicismo neoclásico que introdujo en España Felipe de Castro.
Son de reseñar sus obras de carácter religioso, como las realizadas para la iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid (1746, hoy desaparecidas), así como las piezas que llevaría a cabo en algunas iglesias bilbaínas entre 1754 y 1755; se cree suyo el Cristo de la buena muerte que guarda la iglesia de San Jerónimo de Madrid. Colaboró con Ventura Rodríguez en la ejecución del retablo de San Idelfonso de la catedral de Toledo (1779). Con la subida de Carlos III al trono, el escultor toledano realizará un busto en mármol del monarca (1764, Academia de San Fernando), así como, en la misma colección, un modelo en yeso y madera para el concurso convocado por el rey para la realización del monumento ecuestre de Felipe V. Dentro del programa de escultura pública que durante esos años tuvo lugar en la ciudad de Madrid, intervino en el programa decorativo del Palacio Real; llevó a cabo también una de las obras más conocidas de la capital: la Fuente de Neptuno en el Paseo del Prado, diseñada por Ventura Rodríguez (1781).