Juan de Valdés Leal

Sevilla 1622 - Sevilla 1690

Por: Alfonso Pérez Sánchez

Nacido en una familia de origen portugués, hizo su aprendizaje en Córdoba, sin duda en el taller de Antonio del Castillo, donde realizó algunas composiciones de cierta aspereza naturalista marcadas todavía por el gusto tenebrista en los contrastes de luz y sombra. Entre 1653 y 1654 pintó su ciclo de Historias de Santa Clara, hoy dispersas, donde aparecen ya los caracteres más originales de su estilo, el dinamismo casi habitual de ciertas composiciones y su personal sentido del color. En 1657 se instaló en Sevilla y realizó la serie del convento de San Jerónimo de Buenavista, también dispersa y una de sus obras maestras que mejor expresan su personalidad, aquí de una relativa austeridad y equilibrio, aunque siempre intensamente expresiva. A partir de esta fecha su estilo se hace cada vez más apasionado hasta casi el expresionismo, libre e incorrecto en el dibujo, violento y casi febril en el toque del pincel. El conjunto de los Carmelitas de Córdoba (pintado a partir de 1658) y sobre todo los lienzos del Hospital de la Caridad de Sevilla (1662), representando las célebres Alegorías de la Muerte, interpretadas en un tono de fúnebre y sombrío realismo, constituyen quizá la parte más original y apasionada de su obra. Un viaje a Madrid hacia 1664 le permitió conocer el ambiente madrileño, lo que explica que a veces algunos lienzos de artistas de la corte (Francisco Rizi, Francisco Camilo, etcétera), que presentan una técnica y un colorido semejantes, le hayan sido atribuidos. Estricto contemporáneo de Murillo, encarna una actitud espiritual y una sensibilidad opuesta por completo a la de este maestro, desinteresándose totalmente de la belleza física y de lo amable y buscando una intensidad expresiva y dramática que no desdeña lo deforme o lo feo.