Ejerce al mismo tiempo de artista, comisario de exposiciones, crítico —ha colaborado de forma habitual con La Vanguardia—, escritor y activista cultural. Destaca la relevancia que tuvo su libro Servicio Público. Conversaciones sobre financiación pública y arte contemporáneo (UAAV-Universidad de Salamanca, 1998) o su papel como jefe de Programas Públicos del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1999-2009). Son facetas fundamentales en su biografía, como cuando realiza un cuestionamiento político sobre los usos y mecanismos de los registros documentales, entre los que la fotografía resulta central. Como artista, en este sentido, es preciso citar su exposición «Monumento Máquina» (Centro José Guerrero, Granada, 2014); como escritor, sus publicaciones Efecto real. Debates posmodernos sobre fotografía (2004) e Historias de la fotografía española. Escritos, 1977-2004 (2009); y como comisario, sus exposiciones de tesis Processos documentals. Imatge testimonial, subalternitat i esfera pública (La Capella, 2001), Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926- 1939 (MNCARS, 2011) y Aún no (MNCARS, 2015).
En su producción artística, Ribalta se sirve de pequeñas fotografías analógicas que suele realizar en blanco y negro. El sentido independiente de cada imagen no es relevante más que como conjunto fotográfico con rasgos semánticos que se van yuxtaponiendo; en este sentido, el autor realiza un símil entre el montaje expositivo, como traducción e interpretación de imágenes con un sentido coral, y el cinematográfico: «La fotografía es parte de las cosas, es un fósil; pero el montaje, que pone en relación las imágenes, les devuelve la vida. El montaje de imágenes remite a la ilusión de movimiento del cine. Poner imágenes juntas no es solamente relacionar los diversos procesos y trabajos que se muestran, y producir legibilidad, sino poner las propias imágenes en movimiento. Dar vida a las piedras es crear ilusión de movimiento».
Ribalta ha realizado exposiciones individuales en la Universidad de Salamanca (2006); en el Centro José Guerrero (Granada, 2015); y la Fundación Helga de Alvear (Cáceres, 2015).
Ejerce al mismo tiempo de artista, comisario de exposiciones, crítico —ha colaborado de forma habitual con La Vanguardia—, escritor y activista cultural. Destaca la relevancia que tuvo su libro Servicio Público. Conversaciones sobre financiación pública y arte contemporáneo (UAAV-Universidad de Salamanca, 1998) o su papel como jefe de Programas Públicos del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1999-2009). Son facetas fundamentales en su biografía, como cuando realiza un cuestionamiento político sobre los usos y mecanismos de los registros documentales, entre los que la fotografía resulta central. Como artista, en este sentido, es preciso citar su exposición «Monumento Máquina» (Centro José Guerrero, Granada, 2014); como escritor, sus publicaciones Efecto real. Debates posmodernos sobre fotografía (2004) e Historias de la fotografía española. Escritos, 1977-2004 (2009); y como comisario, sus exposiciones de tesis Processos documentals. Imatge testimonial, subalternitat i esfera pública (La Capella, 2001), Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926- 1939 (MNCARS, 2011) y Aún no (MNCARS, 2015).
En su producción artística, Ribalta se sirve de pequeñas fotografías analógicas que suele realizar en blanco y negro. El sentido independiente de cada imagen no es relevante más que como conjunto fotográfico con rasgos semánticos que se van yuxtaponiendo; en este sentido, el autor realiza un símil entre el montaje expositivo, como traducción e interpretación de imágenes con un sentido coral, y el cinematográfico: «La fotografía es parte de las cosas, es un fósil; pero el montaje, que pone en relación las imágenes, les devuelve la vida. El montaje de imágenes remite a la ilusión de movimiento del cine. Poner imágenes juntas no es solamente relacionar los diversos procesos y trabajos que se muestran, y producir legibilidad, sino poner las propias imágenes en movimiento. Dar vida a las piedras es crear ilusión de movimiento».
Ribalta ha realizado exposiciones individuales en la Universidad de Salamanca (2006); en el Centro José Guerrero (Granada, 2015); y la Fundación Helga de Alvear (Cáceres, 2015).